Ｄａｙｌｉｇｈｔ （Ｃａｒｌ Ｇｒｉｍｅｓ）

034

Estábamos cenando en casa, pues a veces ya no estábamos mucho tiempo júrenos, porque ellos trabajan y yo aveces me quedo la mayor parte del día con Carl.

- Necesitamos a alguien que vigile el perímetro. Podría ser yo - Habló Maggie. - Podría ser seguro.

- Si, de vez en cuando yo podría estar con mamá.

- No sé qué es lo más seguro ahora - Habló Glenn.

- Hice ese trato, no fue mi idea, pero nos llevó a esto. Tengo que ir.

Yo los mire - ¿Eso significa dejarme otra vez?

- Cariño, no digas eso. Simplemente es algo que necesitamos ver, es lo que dijo Rick.

- Bien, saldré a caminar un poco - Me levante, y salí de la casa. Cada vez que caminaba más, sentía el helado viento en mi cuerpo, vi que Rosita estaba sentada afuera de su casa, parecía estar llorando. - Rosita, hola, ¿Todo bien?

- Si, todo bien - Ella se limpió la lagrimas.

- Parecías estar llorando.

- Es que Abraham dijo que solo estaba conmigo porque creyó que era la única mujer que quedaba en la Tierra - Ella lloró más y yo solo la abrace.

- Maldito pelirrojo, ¿Que se cree? No llores Rosita, eres mucho para el, encontrarás a un hombre que te ame y te respete aun así cuando se haya dado cuenta qué hay más mujeres en el mundo.

- Espero que si - Ella se separó del abrazo - Tengo que irme, acompañaré a Rick y los demás con los Salvadores.

- Te acompaño, tengo que despedirme de Glenn y Maggie - Las dos fuimos hacia la casa de los Grimes.

- Ya nos vamos mi amor, volveremos pronto - Habló Maggie dejándome un beso en la cabeza.

- Te amamos - Glenn me abrazó muy fuerte. Iba a salir si no fuera por que alguien me detuvo.

- Jane, ¿Por qué no te quedas a dormir? - Me tomó de la mano Carl. - No me gustaría que te quedaras sola en casa.

- No lo sé, a Glenn no les gustaría mucho esa idea.

- Vamos Jane, le pedí permiso a tu papás.

- Está bien. - El cerró la puerta.

- Hace tiempo no te quedas a dormir, será bueno hablar los dos toda la noche. -Yo asentí y luego los dos subimos.

- ¿Dónde está Judith? - Hable mirando a Carl.

- Dormida, ya sabes que a ella le encanta dormir - Yo reí, pues era cierto. Entramos a su habitación, no había cambiado mucho.

- Sigo creyendo que tu habitación es más grande que la mía - El rodó los ojos.

- Que no Jane, tu habitación fácilmente podría ser mi casa - Yo reí pues eso no era verdad - Bueno no tanto, ósea es del mismos tamaño nuestras habitaciones.- El se acercó a mi y me tomó por la cintura - Eres tan perfecta, eres la chica más perfecta que he conocido.

Y así fue como él me comenzó a besar, este chico besaba tan bien que sin duda me haría adicta a su besos. El hizo que me fuera haciendo hacia atrás, hasta que choque con el borde de la cama haciendo que me sentara. Yo me recosté mientras lo besaba, no quería hacer nada fuera de lo común, solo quería besarlo. El perfectamente sabía que no estaba lista para hacer esas cosas que hacen los adultos, él tampoco estaba listo, así que cada uno respetaba eso. Nos separamos por falta de aire, él se acosto a un lado mío y me abrazó.

- De verdad tengo muchas ganas de dormir - Hable mirándolo.

- Duerme tranquila, yo te protegeré. - El me comenzó a acariciar el cabello y así fue como me quede dormida en sus brazos.

~~~

- Hola - Salude cuando Maggie entró.

- Hola dulzura.

- Pareces cansada.

- Todavía hay mucho por hacer. Glenn, Michonne y Rosita fueron a buscar a Daryl.

- Si, no me alcance a despedir de papá.

- Haré un turno extra. Solo bien a buscar comida antes de volver a salir. - Yo le baje unos pepinillos del estante y luego le sonreí.

- Hasta luego.

- ¿Adonde vas?

- A reemplazarte mientras descansas.

- Jane.

- Solo por unas horas. Déjame ayudar, estas embarazada y necesitas mucho descanso. Levanta los pies y come pickles. - Yo salí, pues Maggie necesitaba descansar.

~~~

- Mi amor - Gritó Enid - Maggie me dijo, que yo te dijera que te busca.

Yo solo reí - En unos momentos voy, cariño. - Ella me sonrió y luego se fue.

Tener la amistad con Enid que las dos habíamos querido siempre era bueno, llegue a casa y toque la puerta. Pues se me olvidaron las llaves en mi habitación.

- Mamá, Enid me dijo que me buscabas, ¿Que pasa?

- Necesito que me ayudes en otra cosa, cariño. - Yo pase a casa, el ambiente se sentía distinto, como si algo malo fuera a pasar.

- ¿Me ayudas a cortarme el pelo? - Yo asentí y le comencé a cortar el pelo.

- Esto es algo raro, pero que seas muy linda - Yo termine de cortarle el pelo y ella tomó el espejo que había ahí. - Me gusta, pero, ¿Por qué?

- Tengo que continuar. Y no quiero que nada se interponga en mi camino. - Las dos sonreímos y le di un beso en la cabeza, pues aunque ya no estuviéramos tanto tiempo juntas, seguía siendo mi mamá, la mujer que me dio la vida.

- ¿Te lo dejé demasiado corto?

- No, no es eso.

- ¿Mamá? - Maggie comenzó a gritar del dolor. - ¡¿Mamá qué pasa?!

[...]