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La vida de las trincheras no había sido ni siquiera cercana a la que tenían en el campamento, era más que obvio es decir no se escucha ni parecido.
Para Azulin vivir sin baños, sin jabón, sin perfume sin agua potable y peor sin Gordi era una puta tortura medieval, una de las peores pesadillas que había tenido nunca algo espantoso he innombrable que de solo pensar que estaba ahí estancado sin su hermanito le parecía tan horrible.
Azulin sentía asco de solo verse al espejo de su cajita de maquillaje, ya hasta había colocado un paño para evitarse ver al espejo cada que lo abriera, se mortificaba inmensamente de que estuviera atrapado en una asquerosa trinchera llena de ratas y con olor a pólvora orina y a cadáver, para él le daba más terror no poder bañarse y tener sucio el pelo que un ataque o no es más, Azulin ni siquiera sabía que era un ataque o para que tenían que hacer guardia, digo conocía la razón de estar ahí pero aún no entendía nada de por qué quedarse en las trincheras y Pecas con el comandante abajo en el campamento con comida y agua mejor, mientras él disfrutando de las ratas atorado con el imbécil de Sonrisas y los sucios soldados tartamudos del refugio, a veces los veía y le daban ganas de vomitar por lo asquerosos que llegaban a ser tosiendo o mínimo respirando.
Asqueroso.

Coco del otro lado del río era más consciente de lo que pasaba, sabía en efecto que tenían que proteger ese frente fuera lo que fuera, debían de proteger a los lugareños de esos unicornios aún si les costará la vida, lo que no se tragaba era esa cosa de "robado suministros", es decir una trinchera no se hacía de un día para otro y los soldados dentro ni de chiste llevaban dos semanas ahí, juraría que en su vida los había visto en el campamento, no los vió salir nunca ¿cómo era que no escuchó de su salida si se supone habían llegado hace dos semanas?
Eso pensaba mientras vigilaba desde la trinchera superior, justo donde habían puesto la ametralladora ayer, el y Caramelo se habían vuelto cercanos desde la pequeña plática en la camioneta, descubrió que Caramelo era realmente risueño debajo de esa seriedad de soldado especial, le gustaba bastante el olor de las flores y odiaba las cosas picantes, Coco se tuvo que encargar del papel de "médico general" ahí en kas trincheras, él no sabía un carajo de como parar hemorragias o bajar fiebres, mierda no sabía ni siquiera para que servían las pastillas, pero vamos qué se puede esperar de un fumador necio como anciano ansioso por no poder tenido vicio desde que arribó, sostuvo el rifle cansado suspirando moviendo la cabeza de un lado a otro, alzando un poco el cuello estirando para acomodarse de su pose en pie, se chasqueo los dedos tronando el medio las puntas y el ligamento que sostenia su mano al brazo.

—Vaya mierda ¿no Coco?—

Pecas se acercó con las manos tras la espalda y una suave sonrisa de labios, el aire húmedo agitaba el cabello del muchacho acercándose hasta Coco con ganas de entablar una conversación, una no sarcástica de las que siempre quería tener Pecas. Coco le quiso ignorar pero el pecoso invitó algo que Coco no pudo ignorar, un cigarro, Pecas lo extendía ofreciendo el delgado tubo de tabaco al moreno que se quedó en total silencio mirando a Pecas, el cigarrillo y de nuevo a Pecas que sonriente invitaba el vicio a su mayor, pasaron minutos de silencio cuando ya por fin Coco le aceptó el cigarro poniendo entre sus labios el pitillo que apenas fue puesto en su boca Pecas servicialmente encendió, fumó una calada y la paz de siempre lo invadió soltando un suspiro de alivio al que Pecas reaccionó riéndose calladamente.

—¿Mejorcito verdad? claro a mí no me gusta eso de fumar, prefiero mascarlo, me gusta tener algo en la boca—

Coco sonrió ladino y exhaló el humo por las narices, hablando con los labios casi entrecerrados.

—¿Te gusta ocuparte la boca con algo aparte de las idioteces que dices?—

Pecas ante esas palabras bajó la sonrisa y miró con un semblante de ofensa a Coco, él asió su mirada al frente sin distraerse más fumando mas a gusto.

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora