Good Boy

74 7 2
                                    

T/W:
- Denigración
- Felación
- Cringe 😔
AzulinDom

Coco se sentía pequeño contra Azulin.

A pesar de que era evidentemente más grande y mayor que él era como si el más joven pudiera controlarlo, con un poder mental sobre Coco igual a que si lo manejara a su antojo, sus piernas habían sido abiertas perfectamente para dejar paso a las delgadas caderas de Azulin que justamente estaban pulsando las suyas, él dedicado al beso que desolaba sus labios mientras las manos de Azulin viajaban bajo su espalda alcanzando su cintura y luego más allá haciendo que Coco pegara un brinco de la sorpresa al sentir ambas manos delgadas apretar su trasero, moldeandolo, amasando sus mejillas arañando por encima de su pantalón, ahora sí Coco podría decir que se estaba sintiendo violentado, no solo lo besaba sino que ahora manoseaba más allá, su vientre ardió de emoción mientras la lengua de Azulin se encargaba de devorar sus labios chupando la sangre que salía de ellos como el néctar más dulce jamás habido, Coco ya no llevaba el cinturón ni la chaqueta o las botas, ni siquiera supo en qué momento Azulin lo tomó desprevenido y de la nada lo comenzó a manosear, no era sorpresa Azulin parecía un animal cachondo cada que estaban solos y después de todo Coco estaba literalmente "pagando" por su silencio y ahora mismo lo único que deseaba es que ese pago no tuviera que ver con nada sexual más allá, no se sorprendió mucho cuando lo empezó a besar la unica cosa diferente ahora es que Azulin era quien lo estaba manejando a él, algo que nunca sucedía pero ahora sí, las manos exploradoras se pasearon por debajo del pantalón desabotonado amasando encima de su ropa interior sacándole gruñidos al mayor que extrañado se alejó del beso susurrando unas palabras severas a Azulin.

-¿Qué hay con esas manos? Nunca dije que podías tocar ahí-

Una risa grave de Azulin correspondió al comentario sarcástico de Coco.

-¿Por qué no? Sé que te encanta que te traten como una perra, mí perra-

Un cosquilleo sobre su vientre sacó de sus casillas a Coco, que tratando de aparentar su ligera ofensa solo pudo superar palabras de "regaño" al azabache quién sonreía malicioso.

-No me llames así-

Azulin se burló con una risa en forma de resoplo, tomó aire por segundos y agregó un generoso apretón sobre las nalgas de Coco escuchándolo gruñir por aquello.

-¿Cómo? ¿Perra?-

Otra risa se salió de Azulin quién detuvo sus manos para ahora moverse al frente de su pantalón frotando suavemente por encima de su entrepierna, Coco suspiró profundamente entrecerrando los ojos.

-¿Y cómo quieres que te crea si te pones así de duro cuando te llamo de esa manera?-

Coco atendió confuso a sus partes bajas notando incrédulo el como ahora había una erección en su ropa interior, un calor cubrió sus mejillas y cuello avergonzado de lo recién descubierto parpadeó adormecido por el placer que lo amohinaba.
Azulin se vitoreo a sí mismo con la reciente actividad que tenía, mierda, incluso se daría un premio si pudiera, de nuevo lo tenía en el punto perfecto y cansado del juego diario pensó en una forma de alterar ese templo perfecto, sonriendo con malicia se alejó de Coco dándose media vuelta para ver un mayor panorama, ahí a unos pocos pasos de Coco observó lleno de malicia el modo nuevo de su juguete y pensó en todo lo que deseó esos días, necesitaba verlo de esa manera y sin menos bruma de vergüenza colocó su mano sobre el hombro izquierdo de Coco ordenando indirectamente que bajara agachándose, normalmente reprocharia y se negaría a hacerle caso, al final era Coco ni siquiera le pondría atención...

Pero el día de hoy Azulin lo tendría para él sólo, hoy Coco iba demostrar cuanto quería que se quedarán en el anonimato del bosque él y sus sucios deseos, por lo que no se sorprendió cuando el moreno lo miró sagaz y obedeció, la mano de Azulin guío el camino de su cuerpo llevándolo a su trayectoria pecaminosa colocando a Coco de rodillas frente suyo, observándolo con chispas de excitación en los ojos violeta, Azulin se podía incendiar a sí mismo viéndolo de ese modo, dispuesto, entregado a él como si hubiera nacido para ser suyo. Ahí agachado solo respiraba entrecortadamente de forma silenciosa mientras Azulin le sonreía meciendo sus caderas burlonamente igual a una invitación, con la mano derecha acunó el rostro de Coco y con la izquierda tomó uno de los cigarros de su cajetilla acompañado del encendedor brillante y dorado, se colocó el tabaco entre los labios rosados sabiendo que tenía toda la atención del mayor a sus pies, como sus ojos se paseaban mientras encendía el cigarro, el fuego menor del encendedor iluminó la punta del cigarro y finalmente fue encendido liberando el hilo de humo tan conocido por Coco, Azulin no era fanático de fumar, pero ahora mismo quería probar todo antes de irse al maldito cielo.

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora