Sick

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—Manos arriba o te vuelo la cabeza —

El frío que vino desde sus pies aterrizó como un trapo sobre su nuca, abriendo los ojos como platos quieto como un árbol más, despacio y cuidadoso de no hacer muchos movimientos bruscos alzó ligeramente los brazos al nivel de sus caderas y giró sobre sus talones tan lento que pareció una eternidad, primero vió unas botas negras y luego brazos largos de piel blanca hasta estar expuesto a su totalidad encontró dos ojos azules.

Azulin lo veía apenas unos centímetros lejos, cejas arqueadas y una sonrisa apretada en los labios, obviamente burlándose de él, Coco suspiró aliviado y cerró los ojos viéndolo con enojo y reprobación, Azulin sonrió aún más mostrando sus dientes y caninos pronunciados en los labios melocotón, traía en las manos un revolver de corta distancia, pequeño de culete regordete y cuero en este mismo, Coco alzó su muñeca bajando la de Azulin que había comenzado a reírse sin más, una risa que ahogaba en sus mejillas sonrojadas.

—¿Crees que es gracioso?—

Asintió eufórico, Azulin debía de tener un humor bastante enfermizo pensó Coco sosteniendo su muñeca en la mano suya apretando un poco para bajarla y mantenerla ahí, Azulin tomó aire de un jalón y se irguió aún sonriendo.

—¿Te asuste de verdad? Qué gracioso Coco creí que serías más valiente, incluso me preparé para el golpe—

Un siseo respuesta de Coco fue correspondido de Azulin, quién aún parado en su lugar irguió la espalda acercándose peligroso hasta él tomándolo de la cintura pegándose un poco colocando la pierna izquierda entre las de Coco.

—¿Tenías miedo de morir?—
—Con tu puntería dudo mucho que me pudieras matar, Azulin—

Una ofensa clara por parte de Azulin fue puesta sobre su cara burlona que adoptó ahora un semblante serio y de enojo, se alejó de Coco unos pasos pero él no le soltó la muñeca apretando un poco más el agarre para evitar que se alejase.

—¿Mi puntería? Por favor soy buenísimo disparando no sé de qué hablas—

Coco respondió a esto riéndose sarcásticamente y moviendo sus dedos entre los de Azulin para zafar el arma de sus manos, el más joven no notaba los intereses de Coco en esto así que solo alejó más de él y de la forma más seductora posible dió media vuelta hasta verlo cara a cara.

—Y no es en lo único que soy bueno ¿verdad Coco?—

Conocía a qué se refería, no buscaba corresponderle a su juego pero sin querer accedió a sus pasos, Azulin se colgó de sus hombros apenas un poquito para recargar su peso sobre él y aflojó su agarré en las manos ligeramente, rozando sus narices sonriendo en el espacio sobrante de los dos observó detenidamente a Coco con sus orbes azules fríos expresando el deseo por ser adulado.

—No, también eres muy bueno siendo un idiota —

Le correspondió Coco con voz tranquila y arrastrada que sonó más a un ronroneo de su parte, Azulin no se quiso ofender de lo dicho así que solo se rió incoherente de sus palabras y acercó más los rostros de ambos hasta por fin darse un beso, corto y muy delicado no siempre eran bruscos, rozaban cuidadosos en los labios del otro ojos entrecerrados y lentos.
Entonces, con lentitud arrastró las manos por la camisa de lino bajando al nivel de su cintura baja sintiendo el duro cuero del cinturón y la tela del pantalón, cerró los ojos en éxtasis recostado sobre el pecho de Coco escuchando los latidos calmos del moreno suspiró poniendo ambas manos en el cinturón.

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora