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La noche transcurrió de modo lento y tortuoso aplastando sus pensares dentro de la cabeza atontada por los golpes.
Después de su encuentro en los baños Azulin se irguio en una idea cruel y hasta estúpida, Coco había amenazado ya de asesinarle con esa golpiza y no tardaba nada en cumplirlo si seguía así por lo que temió que lo hiciera, siendo sinceros a Azulin había algo que le aterraba y eso era morir, morir antes de cumplir la dulce meta de ser el osito elegido (referencia del libro que el Padre le prestó).

No durmió mucho por culpa del dolor en su cara así que toda la noche se puso boca arriba a ver lo que estaba encima suyo y de ahí no pegó un solo ojo ni siquiera para parpadear porque hasta eso le resultaba doloroso, se quejaba cuando Gordi lo abrazaba gracias al peso que un solo brazo de su hermano ejercía sobre la herida de su pecho y por eso empujaba al más grande recorriendose a la orilla para estacionar ahí y no moverse más, envidió el sueño de su hermano y de los demás ya que ellos si podían dormir y no los culpaba apuesto a que querían descansar lo mejor que pudieran para el desgaste de mañana así que era bueno dormir, sin embargo Azulin tampoco pegaba ojo por la duda creciendo en su mente formulada por la falta de un miembro de su cuadrilla cuya ausencia le traía una incertidumbre catastrófica.
A lo largo de toda la madrugada y hasta el amanecer Coco no se presentó en las habitaciones, Azulin pasó toda la noche despierto (no a propósito claramente) y en ningún momento lo vió entrar o acostado en su sitio, apostó que tal vez le había ganado y ahora mismito estaba en un camión de vuelta a la villa como un perdedor, al final había ganado, no como quería pero algo había recibido pensó ligeramente alegre mientras se cambiaba el uniforme despacio para no lastimarse mirando al espejo con desdén al notar las heridas de su rostro...

—¡Oigan bien reclutas debido al problema de ayer hoy su capitán no estará presente con ustedes!—

Giró al rabillo del ojo y percibió las palabras del Sargento sonriendo leve, al final si había ganado y probablemente buscaría un nuevo capitán, oh Azulin volvía a tener suerte y está iba mejorando más que ante seguro y mañana mismo le daban la medalla si hoy se comportaba al cien por ciento eso sí no le ganaban por culpa de esas malditas heridas, ojalá y no fueran inconveniente de todos modos nadie entrenaba con la cara, se dijo a sí mismo.

Pero su seguridad se borró cuando apenas llegaron al campo de entrenamiento vió a ese jodido moreno en las barras, sosteniendo de sus piernas para flexionar contaba sudando un nuevo número que no distinguió cuál era, bufó mordiéndose las mejillas por dentro y apretó los puños dejando de poner atención al Sargento que empezaba con las instrucciones.

—¡Van a correr el doble de millas que el entrenamiento anterior y volverán antes de la misa! ¡Los quiero a todos rápidos y eficientes o los saco a patadas de mi compañía!—

Azulin solo permaneció mirando a Coco, como se doblaba por encima de sus rodillas y las manos tras la nuca aferrado como un profesional a la barra de pasamanos flexionando como si fuera lo más fácil, ahí recordó lo de la noche anterior y no pudo evitar susurrarse a sí mismo su agenda para acatar sus planes, como tentempié vendrían las amenazas, lo mejor ahora era mantener a Coco alejado después de lo sucedido era prudente alejarse de él para no acabar muerto por una contusión cerebral, atacar de lejos como un águila y luego irse encima del estúpido para destruirlo cuando menos se lo esperase con lo que Azulin se regodeo al igual que un perro celebrando su premio, como segundo vendría la cosa fuerte y esa era usar a Coco de herramienta para ser más grande y ahora mismo se lo explicaré, si Coco había mencionado al pobre imbécil de Caramelo y su "muerte" sería más que seguro que iban a buscar un reemplazo, cosa que si bien no era fácil Azulin se pensaba que sería tremendamente sencillo de hacer por la perspectiva de Coco, lo único que iba a hacer era convencer a Coco de que Azulin realmente fue el asesino de ese tarado y luego ocupar su estupefacción para atacar por dónde más le duele y quitarle el puesto de capitán, si se ganaba la medalla iría a las faldas del Sargento y ese sería más cercano al puesto por lo tanto vendría su poder, es decir si ya habían contratado al idiota de Coco para una misión con Caramelo y Pecas dos de fuerzas especiales apuesto a que lo aceptarían a él si daba la talla, todo lo que debía de hacer era hacerle creer a Coco que sí había asesinado al imbécil aquel y con eso ya tenía bien servido a su némesis, dispuesto a hacer de todo para que no siguiera con esa su "racha de muerte".

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