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¿Vienes o no?


La voz de Coco sonaba juguetona y de algún modo ¿incitadora?

Ah Dios mío ya ni siquiera podía reconocer que decía y con que intenciones ¿pero qué diablos irían a hacer dos hombres en un lago a esas horas de la noche? ya había que estar descerebrado para ir así como sí nada y más con enemigos al acecho, claro que en la mente de estos dos ni siquiera entraba la idea de ser atacados lejos del campamento y sus armas, así que Azulin solo se levantó de su lugar y guiado por Coco acercaron al lago para verlo más de cerca, lo movió entre los setos verdosos del entrecamino boscoso escuchando a las aves nocturnas ulular entre las hojas, interesado por los brillos lejanos de aquel lago al que Coco lo guiaba, desconfiaba un poco mirando de vez en tanto hacia atrás temiendo ser atacado por alguien en su espalda pero también sin detenerse, era como estar ciego.

Así como lo guío pronto salieron del camino delgado de tierra lisa y encontró ante sus ojos una de las vistas más extraordinarias jamás antes encontradas...

El azul oscuro del agua brillaba encima de luz blanca mineral, flotando por encima del agua clara habitaban círculos encendidos de fuego amarillo brillante como chispas de sol, ardiendo mágicos en el aire con zumbidos melosos mientras alumbraban aún más las blanquecinas aguas puras del estanque, no pudo evitar abrir los ojos sorprendido sin guardarse la risa enternecida de haber visto eso, era hermoso desde ahí pero le daban tantas ganas de acercarse...
A pasos rápidos caminó a la orilla del lago y el olor dulce de humedad sumando los juncos silbantes de los largos pastizales daban la imagen más hermosa que Azulin pudo guardar en su memoria, esas chispas eran ni más ni menos que luciérnagas ahora mirándolos de cerca brillantes y llenas de fulgor ardían de luz igual al sol, irresistible en su cabeza metió la mano al agua y acunando ambas sacó una pequeña palangana de agua limpia con la que mojó su rostro sintiendo su frescor y suave tacto, en definitiva esto no lo habia visto jamás.

—¿Cómo lo has encontrado?—
—Viendo, en el mapa aparecen solo sitios para reabastecer y antiguas minas de ataque, por suerte este estaba cerca de las minas—

Coco le contestó con una tranquilidad notable y Azulin rió asombrado de lo que veía, parecía que no todo estaba tan jodido como creyó en todo este viaje, al parecer sí había algo bueno dentro del bosque tal cual les inculcaron los mandos y sus sucesores. El sonido metálico de placas y un cinturon lo llamaron a voltearse encontrando otra vista muy entretenida:
Coco se estaba sacando la ropa.

—¿Qué estas haciendo?—

Titubeó molesto al moreno, el otro suspiró terminando de quitarse la chaqueta y dejándola a un lado pasó a la camisa de manga media que estaba sucia por el lodo, sacándola junto al tanktop reflejando la luz lunar la piel expuesta que dejaba desnuda el tanktop recién quitado, Azulin se tuvo que obligar a voltear para fingir que no veía nada interesante porque en todo lo contrario quiso volver a voltear, y así lo hizo pero solo miró de reojo por encima de su hombro.

—Pues no sé que hagas tu cuando ves un lago, pero yo quiero nadar —

Ahora procedió a desabrochar el cinturón haciendo chasquear la hebilla metálica cuando sus pantalones quedaron flojos, metió sus manos dentro de la pretina de su pantalón y bajó estos mismos al nivel de medio muslo porque más abajo Azulin no pudo ver más y solo giró la cabeza a otro lado avergonzado con pena de voltear, solo lo escuchó saltar al agua y ahí se giró a mirarlo para encontrar que se había sumergido en el agua clara dejando un rastro de burbujas y espuma limpia, Azulin enmudeció atontado siguiendo la sombra del cuerpo de Coco bajó el agua, carajo parecía como un mito de la maldita antigüedad, se combinaba con el agua y andaba dentro de ella de forma magistral pero delicada a la vez, cuando sacó la cabeza del agua y con ella sus brazos un jadeo de placer salió en la voz del más grande limpiando su rostro con ambas manos y la cara sencilla de disfrutar algo, Azulin sin querer prestó más atención a las partes bajas que eran difuminadas por el agua, ahí maldijo a las bellas aguas porque quería ver un poco más.

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