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Las piernas de Azulin temblaron por el empujón luchando por no fallarle y mandarlo al suelo rápido, él depósito una cara burlona y risas nerviosas cubiertas para que verse amenazante ante Coco y los demás que vitoreaban ver la pelea, tirando a Azulin claro puesto ahora Coco no iba de popularidad, Azulin retrocedió un poco riéndose entre dientes pensando en como hacerle trampa ahí, la tierra estaba seca no podía hacer lo de la tierra a la cara, no había piedras no tenía nada encima, qué iría a hacer si no hay nada para ganarle de manera sucia, pensaba incansable de cómo ganar ahí mirando a Coco acercarse hasta él con pasos rápidos y pesados.

—¿Toqué algo sensible Coco?—

Gritó Azulin a la distancia del moreno, aún buscando qué usar a su favor no pudo callar su boca a tiempo.

—¡Vamos entonces! Solo espero que no me vayas a contagiar lo mari-

No pudo terminar de hablar.

El primer golpe fue puesto en su estómago ahogando las palabras dentro de la garganta de Azulin y con un solo golpe lo mandó al piso, los vitores se acabaron para los dos y el silbato sonó anunciando el ganador pero ahí no fue dónde se detuvo.

Coco miró lleno de enojo al mas joven toser en el piso mareado de la caida y el golpe Azulin se quiso levantar pero Coco no lo dejó, un rodillazo a la cara le fue recibido y detrás de ese un golpe fuerte sobre su nariz, todos observaron fuera como Azulin era convertido a pulpa por Coco mientras que esté le tomaba las manos enrolladas sobre su cuello mirandole con ojos de monstruo al de abajo, Azulin débil sostuvo las muñecas de Coco mareado por los golpes tosió.

—¡Dímelo de nuevo cabrón! ¡Repiteme eso que me acabas de decir!-—

Azulin negó con la cabeza incapaz de saber que decía sus oídos eran cubiertos por un pitido que ahogaba las palabras del moreno, aún con cinismo no pudo dejar su posición de valiente y una sonrisa ensangrentada se acogió sobre sus labios rojos.

—¿Que cosa?...¿Eh? ¿Que eres un maldito marica?—

Esta vez el puñetazo se estrelló sobre la mejilla izquierda y Coco volvió a preguntarle.

—¡Qué hiciste con mis cartas!—

Unas palabras incomprensibles y débiles por la sangre vinieron desde Azulin.

—¿Las de tu mujer?...No te preocupes tienen un lugar especial, tal vez los soldados las ocupen pero no te preocupes aún se podrán leer despu-

Nuevos golpes fueron puestos sobre Azulin callando sus palabras en ahogos de sangre y carne siendo machacada por los puños de Coco mientras le insultaba a toda voz
"¡Puto cínico enfermo cómo te atreves a robarme y a burlarte de mí! ¡Quién carajos te crees escoria inútil pedazo de mierda!" puñetazo tras puñetazo era acogido sobre la cara del azabache y pronto los gritos para que él Sargento los detuviera vinieron desesperados por ayudar al que ya estaba abajo.
Coco no detuvo los golpes sintiendo sus nudillos arderle y cálida sangre emanar de ellos lleno de cólera se montó sobre Azulin repitiendo los puñetazos sobre el costado derecho de su cara lo tomó salvaje del cuello y azotó su cabeza contra el suelo rematando la muerta cara de Azulin con sus golpes viendo la sangre correr por nariz labios y mejillas del azabache formando hematomas moretones y cortes profundos en Azulin, Coco no se detuvo hasta que el cansancio llegó y por fin dejó su cara en paz levantándose agitado respirando eufórico escuchando al Sargento ir por él mirando al otro cabrón poner al fin su cara de preocupación y pánico pero está vez reales, sentía que lo iba a matar tal vez pero Coco aún no acababa puesto seguía enojado, apenas se reincorporó  el moreno le depósito un potente pisotón sobre la cara sacándole el poco aire obligándolo a girarse sobre su costado fue ahora una patada al nivel del sansonismo lo que estalló sobre el estómago de Azulin creando ese precioso sonido de las arcadas sangrientas, Caricias se estacionó a su lado y lo apartó de un tirón.

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora