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Ha preferido torturarme

Ese fue el último pensamiento que tuvo Coco antes de despertar.

Los último rayos lunares de luz desaparecieron del cielo y pronto dieron sitio a los primeros del Sol, pudo escuchar a los otros levantarse y acomodar sus mochilas listos para irse, él, solo había permanecido perdido en el cielo con la vista ida a toda copa de árbol cercana, perdió las ganas de dormir cuando dejó el prado de flores y se dirigió al campamento con la idea de fugarse susurrándole en el oído, no lo hizo, se sentiría culpable si los abandonará a su suerte y después de lo sucedido anoche se pensaria un cobarde sin remedio.

La compañía de Caricias apenas salía el sol fueron guiados hasta los confines más estrechos del bosque, oscuros y apagados como si la vida fuera alérgica a esta porción de terrenos, Coco se mantuvo firme y estoico ante las caminatas sin descanso ayudando a sus compañeros para continuar, veía a los más jóvenes morir de cansancio y susto al mismo tiempo inquietos por los sonidos naturales del bosque como el crujir de una rama o hasta las ardillas de los árboles, pobrecillos los denominaba con lástima al verlos tan pavorosos por algo tan común como lo eran las sombras largas de esos árboles torcidos. Revisaba las huellas marcadas tratando de averiguar quienes eran los causantes de estás mismas, inspeccionando cada uno de los indicios que marcaban ya sea pasos o mínimas formas de vida guiando al Sargento y a los otros conduciendo por esa jungla espesa de barro negro y oloroso que hacía basquear a sus compañeros, no tuvieron tiempo para renegar porque Caricias les ordenó pasar por el fangoso pantano antes de que se les ocurriera un nuevo camino, Coco que estaba en desacuerdo por la idea de "pasar por ahí" indignado quiso convencer al sargento para pasar por otro sitio o rodear el perímetro, claro que Caricias era testarudo además de que quería seguir exactamente el camino trazado por los cartógrafos del alto mando.

—¡Armas y mochilas arriba reclutas!-—

Gritoneo Caricias viéndolos parados tensos sobre el fangoso sitio, todos tenían una cara de asco profunda en sus rostros torcidos. Coco rápidamente señaló un nuevo camino en el mapa tratando de mejorar la situación.

—Sargento no conocemos la profundidad del fango, será un suicidio pasar por ahí y más con cargamento valioso—

Argumentó el moreno señalando los gigantescos charcos del lodo maloliente, había que ser idiota si no reconocias pozos de brea antigua y más si estaban así de profundos, por suerte el padre de Coco consiguió hablarle del tema y no solo eso sino que llenarlo de miedos como las historias de algún compañero desafortunado que se hundió en el lodo y murió asfixiado momificado en las profundidades de la jungla, Caricias era demasiado testarudo para convencerse de que Coco tenía la razón así que busco otra opción más viable...
Claro que sin quitar "Pasar por el pantano" de la ecuación.

Miró entre sus soldados con los ojos ámbar buscando alguna cosa que pudiera ayudar, situandose en un segundo sobre Blackie, rápidamente alzó el índice y señaló al alto hombre para luego ordenar el pantano y hablarle autoritario.

—¡Tú! Entra ahí y comprueba que tan hondo está —

Todos miraron a Blackie incluido el mismo Coco, ofendido por la reacción del Sargento quiso interferir pero fue duramente silenciado por Caricias que volvió a ordenarle a Blackie que entrara al pozo de lodo, los ojos expectantes de toda la compañía se situaron sobre el gran hombre de ojos rosas y él, entre confusión y asco solo consiguió asentir con negación en la mirada, aún con el asco en el rostro entregó su mochila al más cercano que era Sonrisas y el de ojos verdes tuvo que aguantar las arcadas al verlo acercarse al pozo. Coco esperaba con mucho cuidado de cada movimiento del mas grande en la compañía, tenía que estar alerta por si había más profundidad de la esperada así que sin tardar más hizo una interrupción en el momento y pidió casi rogándole al Sargento que le colocasen una cuerda en el abdomen al soldado, no era estúpido sabía que si el pozo era más hondo de lo esperado Blackie se iba a ahogar en lodo, sorpresivamente Caricias aceptó y con nuevas órdenes recias detalló anudar una cuerda al pecho del recluta con un nudo doble, pasando por sus brazos y pecho para poder estar seguros de que iba a salir por completo si es que sucedía algo malo...

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora