Cold

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T/W:
Felación
Mordidas (de nuevo)
Arañazos
Hematofilia (fetiche con sangre)
Cringe 😔
Primera vez

Las manos de Azulin eran delgadas en demasía, hábiles de dedos largos y delgados como ramas, uñas largas y afiladas gruesas como madera, estás garras eran peligrosas si trataban de dañar y Coco sabía qué era así.

Los dos haciendo guardia de modo irónico he inesperado, ninguno planeó siquiera el estar juntos pero lo estaban, Azulin tenía en la mente todo tipo de cosas sucias y todas involucraban al bonito piel canela de su capitán, cuando en lugar de a Blackie vió a Coco su cabeza maniobró todo tipo de ideas para recrear, mirando desde arriba en su negro cabello crespo hasta el prominente pecho abultado de Coco, su par de tetas. Sonrió con malicia al verlo recargarse en uno de los troncos, suspirando mientras fumaba tranquilo y cómodo en el árbol aún sosteniendo el machete y un arma tras la espalda, admiró las piernas vestidas por los pantalones y casi murió por verlas desnudas, apuesto a que los muslos de Coco eran grandes, no gordos sino fuertes y de músculos duros de piel suave, tantas fantasías y él solo viendo pedacitos.

Desde lo último que hicieron mientras cazaban Azulin se sentía...

Frío.

Sin más palabras, se sentía helado y distante, pensó tal vez que Coco se había vuelto una necesidad para su sexo y temeroso de que así fuera pensó en parar, pero aún no llegaba a una nueva base y eso lo hacía continuar por impulso a seguir con los juegos sexuales del moreno y él, cabe recalcar que Azulin es un virgen total, no conoce más que besos pero sinceramente parecía haber aprendido mucho con Coco, igual a que si el le enseñará lo necesario para todo, como un explorador a una nueva tierra descubría los nuevos lugares del mayor y le gustaba más las debilidades que encontraba en él, sin embargo aún no las descubría todas, tardaba aún en saber qué reacción había más allá de la cintura y con ello se propuso una nueva exploración.

Acercando un poco al moreno sin que él lo notará mucho se apegó a su lado izquierdo y ya ahí hizo su maniobra empujándolo brusco apenas moviéndolo del piso hizo un nuevo empujón ahora desde el pecho sacándole el aire a Coco que bufó todo el oxígeno perdido en insultos menores para Azulin, fue empujado contra un árbol delgado y ahí Coco giró a verlo confuso.

—¿Qué te pasa?—

Preguntó ofendido y enojado levemente por los empujones, Azulin sonriendo amplio por la reacción solo se acercó y lo besó rápido mordiéndole los labios, metiendo la lengua entre los suaves labios del mayor escurriendola hasta tocar la del nombrado jugando con ella para morder el labio superior y tirar un poco juguetón apresando al mayor contra el árbol enrollando sus manos en los bíceps tensos de Coco, él, confundido por lo que Azulin hacía solo aceptó el beso dignado a otro acercó la cara hasta Azulin besando esta parte chasqueando entre ellos, Azulin alejó la cara y relamió sus labios con fervor mirando a Coco como un animal hambriento.

—¿Te he dicho que sabes muy bien?—
—¿Eso era un halago o fue una amenaza?—

Azulin rió divertido rozando las puntas de sus narices advirtió para un beso nuevo que él violentó mordiendo los labios de Coco hasta hacerlo sangrar de nuevo succionando la sangre cuidadoso de no hacerle mucho daño lamió los labios de Coco haciéndolo jadear entre el beso.
Ahí Azulin sintió que la cabeza se le iba a las nubes y quiso oír más lamentos, no solo de dolor quería más sonidos y nuevos para la colección, claro que primero tenía que precalentar si no sería aburridamente incómodo, Coco observó a los ojos azules aún confundido por su modo de besarlo, pero Azulin solo agrandó su sonrisa ahora estirando una mano liberando el bícep derecho de Coco para escurrir la mano dentro de la chaqueta y camisola hasta tomar el pecho de ese lado y arañar con fuerza la piel tibia, Coco jadeó una vez más adolorido pegando un espasmo por las frías manos de Azulin arañandolo, él, deleitó por el sonido que ofreció Coco y en un éxtasis nuevo acarició por encima de sus pezones sacándole un ronco gruñido al mayor, Azulin se sentía mortalmente halagado cuando Coco se ponía así por cosas pequeñas, era excitante como podía ser sensible y tan malditamente enorme a la vez, como un león que sigue siendo un gato al que le gusta que acaricien su barriga.

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora