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Era ya un momento de paz en esos lares.
La clara luna se tiñó sobre ellos y aplastó sus cuerpos con luz suave mostrando esas facetas preciosas del bosque que solo se podían ver en la noche, ya había pensado que esto dejaba de ser terrorífico, no nada de eso el bosque era hermoso, tal cual decían en los libros con frutos varios plantas extrañas y luciérnagas de tantos colores que hasta parecían salidas de los cuentos de hadas, habían pasado un día entero caminando así que ahora tenían que dormir y prepararse para el siguiente, les tocaba guardia a parejas intercalando para que unos pudieran dormir bien mientras otros vigilaban, ya tenían unas tiendas listas tres en realidad, muchos estaban durmiendo de pares en ellas mientras que otros, que consideraban raro hacer eso dormían fuera esperando a su turno, él era uno de los de fuera, Gordi le habia dicho si no quería meterse con el a dormir y él necio como el egocéntrico que es se negó enfurecido y salió para hacer la guardia con alguno de ellos, las parejas eran Blackie y el Padre junto a él y ese despreciable ser de ojos violeta.

Lo veía desde lejos, analizando y calculando cada movimiento, cada pestañeo, cada cuidadoso respiro del moreno que fumaba tranquilo obviando a qué tal vez no podía dormir, Azulin estaba decidido a matarlo y pensaba en cómo iría a hacer eso, quizá lo haria mientras dormía o lo tiraría de cara al lago para dejarlo ahogarse o quién sabe acuchillarlo en la guardia, ideas había varias solo necesitaba el momento perfecto donde nadie viera y nadie se acercará menos el tarado de Achuchones. Puso atención cuando exhaló el humo del cigarro y por un momento sintió que, bueno, Coco era bastante interesante, el cómo los humos grises escapaban de sus fosas nasales o de entre sus labios oscuros mientras que a lo lejos no podia apreciar lo que Coco tenía pero Azulin de tanto analizarlo ya conocía cada detalle de su cara como su nariz recta tirando a la perfección y la curva estética de sus labios incluso que tenía pestañas largas y gruesas como un abanico que siempre se ocultaban en los párpados del hombre, vaya que le prestaba atención a todo lo que Coco tenía en su cara y cuerpo.

El chisporroteo de la fogata siendo apagada por Caricias llamó su atención, la luz del fuego se extinguió con un fuerte siseo de maderos ardientes y cuando la única luz cercana desapareció Azulin se dió cuenta de lo oscuro que era ahí, pronto notó que la luz lunar apenas y se filtraba por las gruesas ramas del árbol que los cubría así que mucha iluminación no había, la voz del Sargento clamó atención de todos los que aún estaban despiertos.

—Quiero una guardia funcional capitán Coco, mañana nos iremos en el camino trazado por los comandantes así que los quiero a todos listos antes de que la luna se oculte—

Un "Sí señor" sonoro vino de todos a excepción del Padre que solo observaba con esos ojos reprobatorios tras las gafas cristalinas, podía jurar que habia una tensión extraña en ambos hombres de aquellas que se forjan con el tiempo como una telaraña, era ciertamente incómoda y pesada por lo que muchos ya habían iniciado a hacer conclusiones de esa vibra tan subnormal, Azulin no, respetaba al Padre así que prefería alejarse de chismes así que pudieran afectar al orgullo magnífico que tenía el religioso.
Pensó en ir de vuelta con Gordi apuesto a que todavía estaba despierto conociendo al rollizo chico ni siquiera pudo pegar ojo en ese bosque, sin embargo la idea se plasmó cuando a lo lejos observó que Coco se marchaba a la oscuridad de los arbustos en el lejano árbol negro por la luna, un picor sobre su nariz le hizo reconocer la oportunidad y quedó ahí parado como uno más de los árboles arraigado al suelo temblando de las rodillas, Azulin rápidamente se quedó absorto en sus pensamientos recordando todo lo sucedido y pronto descubrió que en efecto Coco se había entregado en bandeja de plata y todo, pensó unos momentos en si ir tras el para acatar su plan mirando a lo lejos como los arbustos se removían para dejarlo pasar ignorando su obvia intención vista ante todos, los demás estaban dormidos Blackie y el Padre estaban en guardia y nadie vería lo que planeaba hacer, era fácil y rápido como un trabajo de escuela.
Tomó de su mochila un cuchillo dentado y en el cinturón se guardó detrás el machete militar de Blackie, uno no tan afilado como el de Coco pero fácil de usar, servía para su cometido eso era lo importante...

Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora