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Otro día "majestuoso" en el bosque mágico.

Los pájaros en los árboles anunciaban que hoy estaría igual a la mitad de todos los demás, lluvioso con el cielo opaco y piso húmedo para resbalarse a cada pisada, claro que sí.

Cómo siempre el despertó primero (en realidad no durmió) partidario de madrugar siempre se quedaba hasta temprano y luego fingía haber despertado, le siguieron sus compañeros que habían quedado rendidos tras la intensa caminata de ayer y lo poco o casi nada de descanso que habían tomado, él simplemente se dedicó a recoger todo y luego volver a lo de siempre que era guiarlos a todos en base al "mapa", cuyo mapa habia cambiado bastante en sus manos y ahora los guiaba según el libro de Pecas, esto desde hace semanas y con mucha precaución de que el Padre no lo viera, hubiera dejado que lo hiciera antes pero sinceramente el Padre se había estado comportando de una forma errática.
Para entrar en detalles el Padre pasaba mucho tiempo alejado de ellos y casi nunca conversaba con alguno, él ya harto de esto prefirió continuar según decía su mapa y olvidarse de la opinión que tendría el capellán, mucho esfuerzo era ya tener que convencerlo cuando se ponía terco a todo y no necesitaba más molestias.

El campo por donde pasaban estaba sumamente seco, el sol no se había dignado a salir y la lluvia no se dignó a detenerse, los demás estaban caminando tras de él en el suelo de arcilla tratando de no caerse en el lodo, las botas se les hundían en el lodo rojizo mientras veía cómodamente su mapa y el libro de Pecas en un mismo ángulo, este campo de lodo hubiera sido fácil de evitar pero sinceramente no quería tardarse mucho más para encontrarlos, ahora sí entendería al Sargento Caricias cuando apenas entraron, otra cosa que decir es que el mismísimo Sargento había sido privado de todo tipo de arma, ya fueran punzo cortantes como de fuego no podía permitirle usar una sola, esto a petición de todos los demás porque desde el incidente en la jungla todos empezaron a tenerle miedo para que le dejarán alguna cosita, en palabras de Pandi era casi como un suicidio dejarle algún arma al Sargento en ese estado, más aún si quedó tocado por culpa de los ciempiés.
Hizo una mueca de asco cuando piso en el lodo y su pierna se hundió al nivel del tobillo, curioso cerró el mapa y alertó a los demás que se detuvieron enseguida viéndolo atentamente, Coco retrocedió unos pasos atrás y vió al suelo un poco extrañado, no era raro encontrar pozos de lodo, lo raro era que en medio de lo que se supone es un campo hubiera tanta profundidad, sugiriendo la posibilidad de que estos fueran hoyos anteriormente hizo un ademán y el primero en asistir fue Pandi que abriendo bien los ojos se acercó hasta él.

—¿Por qué te detienes?—

Mencionó un poco molesto, Coco haciendo uso de su estoicismo ignoró al otro y zafó la mochila de sus hombros para mover la cabeza en sentido de Pandi para que hiciera lo mismo, quién a regañadientes obedeció y bufó observando con atención al mayor caminar en el fango rojo siendo seguido por la mirada curiosa de Pandi y él le siguió hasta que estuvo dos metros lejos.
Su plan no era algo raro de ver, primero averiguaba qué potenciales peligros había más adelante y luego convencido de que no era nada maligno copiaba para que los otros siguieran o cambiarán el rumbo, su plan amateur para desvelar situaciones peligrosas.
Pandi pujaba de asco cada que pisaba el campo cada vez más hondo de lodo, Coco continúo hasta que el lodo volvió a subir y ahí bastante extrañado miró que al frente se cernía una bruma transparente parecida al humo de cañones, hizo memoria y recordó que en efecto no había campos cerrados para batallas ahí, viendo desde lejos observaba y ahí en la distancia miró movimiento.
Agudizando el oído y la vista encontró que era una persona, veía a duras penas el color inconfundible del rosa de sus uniformes y pocamente esperanzado caminó más rápido antes de que Pandi reprochara de dejarlo atrás, Coco debía ser cuidadoso puesto aún no habían visto a sus adversarios, también él conocía las tácticas de los otros osos en la guerra y mas que nada cómo atrapaban a los demás, con esto en la cabeza hizo una seña de silencio al más joven y ordenó que se agachara un poco, Pandi lo vió incrédulo igual a que si estuviera loco.

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⏰ Última actualización: Aug 17 ⏰

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