Mi madre me ajusta el vestido mientras me plancho el pelo intentando no quemarme la oreja.
Hoy es mi gran cita con Lucas, el hijo de unos amigos de mi padre.
Al principio no me apetecía mucho, para qué mentir, pero prefiero complacer a mi madre para no tener que discutir con ella, es un suplicio.
Sé que para mis padres Lucas es el chico perfecto, guapo, alto, fuerte, de buena familia, con estudios y bastante formalito. Lo aprueban, así que debo fingir que yo también.
El vestido es horrible y demasiado conservador. Cuello alto... Por favor, ¿de dónde ha sacado esto?
Me llega por debajo de la rodilla y es de manga larga, voy a morir aquí dentro. Mis vestidos suelen pesar la mitad que este, y se usa la mitad de tela, o menos.
Si mi madre supiera todo lo que oculto...
Mi hermano entra en mi cuarto sin llamar.
—Afri, ya ha llegado el taxi...
—Ahora voy Marcos, dile que tardo un minuto.—Me miro en el espejo y ajusto el vestido, la noche va a ser demasiado larga...
Mi madre se va y mi hermano cierra la puerta.
—¿En serio vas a salir con ese? Parece un muñequito. Pensaba que te iban más los malotes.
—¿Qué quieres que haga? ¿Que le diga a mamá que no me van las relaciones y que paso de los tíos? Ella piensa que estoy de acuerdo. Además... No voy a salir con él, es solo una noche... Y con suerte me divierto un poco y me olvido de él por la mañana.
—Cuánto romanticismo... Llegas tarde, el taxi está esperando.
—¿A dónde me va a llevar?
—Ni idea... Pero llegas tarde así que venga.
Le doy un beso en la mejilla y me voy.
Subo al taxi y miro por la ventanilla, intentando adivinar a dónde voy.
—Oiga... ¿A dónde vamos?
—Es una sorpresa, no puedo decirle nada.
—Ah...
Estoy yo para sorpresas... Para mí es mucho más fácil llamar a Joaquín y divertirnos un rato sin compromiso, sin montar todo este circo... Tendría que haberme inventado una excusa. ¿Es demasiado tarde para decir que me he roto una pierna?
Llegamos a un restaurante elegante y me bajo.
—¿Cuánto es?
—Nada, ya me han pagado.
Cómo no... Casi mejor, eso que me ahorro.
—Ah, pues gracias.
Entro al restaurante y me acompañan a mi mesa. Allí está Lucas, no está nada pero que nada mal...
—Hola.-Me da dos besos.
—Hola.
—Siéntate, por favor.—Me siento.
Pedimos y, tras un rato de silencio, habla.
—Oye, no sé si te habrás hecho ilusiones con esta cita pero...
—Créeme que no.—Interrumpo. Ya puedo oír a mi madre diciendo «Eso es de mala educación»
—Mejor, porque soy gay.
Río.
—¿En serio? Me salvas la vida, de verdad.
—¿Tan mal estoy?—Pregunta riéndose.
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Ecos (en edición)
FanfictionElla siempre ha seguido las normas, o al menos eso es lo que muchos piensan... Tiene una apariencia de inocente pero un corazón rebelde que no todos conocen, algo que no muestra a cualquiera. No se deja engatusar y sabe guardar sus secretos, tener s...