Capítulo 40: La cena

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Me encuentro frente a la puerta de su casa, a punto de entrar. Estoy nerviosa, lo admito, pero no debería estarlo, conozco a su hermana, a su sobrina y a su madre, y seguro que todo va bien.

¿Verdad?

Paranoica...

Pablo me dijo que invitase a mi familia pero... Con mi madre no hablo (y ella no parece tener intención de arreglar la relación), mi hermano se pasa el día con su novia y no podía invitar a mi padre sin mi madre, prefiero esperar a que se solucionen las cosas.

Si es que se solucionan algún día...

Llamo al timbre y Casilda me abre, sonriente.

-¡África! Me alegro de que hayas venido, Pablo estaba a punto de ir a buscarte.

-Siento llegar tarde, yo...

-No seas tonta, solo son un par de minutos, mi hermano es un exagerado, estaba ansioso por verte.-Sonríe-Pasa anda.

Me acompaña al interior de la casa y una niña se lanza encima de mí. Sofía.

-¡África!-Grita abrazándome.

-Hola peque

-Holi, ¿te quedas con nosotros a cenar?

-Sí.-Sonríe

-¡Bien! Quiero jugar a las muñecas y Pablo no sabe, es un tonto.-Pone un puchero y Pablo aparece detrás de ella y la coge en brazos, Sofía ríe e intenta liberarse.

No es fácil...

-¡Eh! Yo soy muy bueno jugando, lo que pasa es que tienes envidia de mi don.

-¿De tu don? ¿Tu don es jugar a las muñecas Pablete?-Le pregunto riéndome. Me fulmina con la mirada y se acerca peligrosamente a mí.

-Entre otros...-Me sonríe pícaramente y enrojezco.

-¿Ah, sí? No lo creo...-Pone cara de ofendido y río.

-Has herido mi orgullo...

Reímos.

-¿Esta es tu novia?-Pregunta un chico parecido a Pablo, su hermano.

-Sip

-Encantado, soy Salvador, llámame Salva.-Me da dos besos.

-Igualmente, yo soy África, llámame Afri.-Sonríe y Pablo me pone el brazo alrededor de la cintura.

Celosón...

Entramos al salón y su padre se levanta para saludar.

-Encantado, soy Salvador.

-Encantada, soy África.-Le saludo y nos sentamos a cenar.

Su madre entra y después de saludarme ponen la mesa y, aunque me dicen mil veces que no hace falta, les ayudo.

-¿Te gusta la comida?-Me pregunta su madre sonriendo.

-Está delicioso, de verdad.

Ecos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora