Capítulo 2: Ups, perdón

1.1K 55 3
                                    

Estamos callados durante el trayecto hasta que rompe el silencio.

—No me has dicho dónde vives... Y creo que es un dato algo necesario si voy a dejarte en tu casa...

—Adivinas...—Canturreo, me fulmina con la mirada y río—Todo recto y luego a la derecha. Después recto y a la izquierda.—Asiente—.Espero no haberte estropeado la noche...

No puedo controlar las palabras que salen de mi boca y sé que parezco una niña celosa pero, ¿qué más me da?

—¿Por qué dices eso?

Sabe perfectamente por qué lo digo, pero quiere picarme.

—Por que estabas comiéndole la boca a esa morena del bar... Y la habrás dejado con ganas de más.

—Ah...—Ríe—Da igual, puedo quedar otra noche con ella.

—No tenías que traerme... Podría haberme quedado esperando con Joaquín... No quiero arruinar tus planes...—¿Estoy intentando ponerle celoso? ¡Si le acabo de conocer!

Parece que funciona, veo como su cuerpo se tensa y su mirada se vuelve algo enfadada, sus ojos se oscurecen y su voz se vuelve un poco ronca y me gusta.

—No te preocupes... Puedo llamarla cuando llegue a casa...—Él intenta exactamente lo mismo que yo, y funciona.—Hemos llegado.

—Adiós.

—¿Y el "gracias"?

—Bueno, no lo haré por dos razones. Primero, me has cabreado tanto esta noche que deberías agradecer que no te cruce la cara.

—¿Y lo segundo?—Dice entre risas, ¿por qué su sonrisa es tan jodidamente perfecta?

—Lo segundo... Es que no se lo suelo decir a nadie.

—A mi me lo dijiste antes... ¿Soy un caso especial?

—Estaba borracha... No cuenta.—Digo sonrojada.

-Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad...—¿Es en serio? ¿No podemos acabar la conversación de una vez? Quiero irme...

—Estarán equivocados... Me tengo que ir.

—¿No me invitas a pasar?

—Ya te gustaría...—Escucho su risa.

Salgo del coche rápidamente sin dejarle tiempo a despedirse y escucho su coche arrancar.

Alguien me tapa los ojos cuando voy a abrir la puerta.

—¿Pero qué...?

Estoy a punto de golpear a quien sea que me ha tocado cuando veo quién es y me relajo.

—¡Buenas noches!

—¿Carla? ¿Qué haces aquí?

—Te he estado buscando. He encontrado un chalet estupendo y a buen precio...

—¿Chalet? Yo buscaba piso...

—Lo sé, pero se vienen Alba y Olga y hay más espacio, y el alquiler está bien, nos lo podemos permitir todas.

—Eso es genial pero...

—Pero nada, en un par de semanas podremos entrar a vivir, si quieres claro.

—¿Estás loca? Lo estoy deseando.

—Pues estupendo, me tengo que ir.—Me abraza y se marcha.

Ecos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora