Capítulo 29: Por Fin

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La luz naranja y rosa del atardecer a sus espaldas le tapa y solo veo su silueta, pero estoy completamente segura de que es él.

Pero no puede ser él, ¿verdad?

No, no puede ser él

¡Joder! ¡Es él!

Ya hemos llegado todos a esa conclusión, respira de una vez.

Abro los ojos como platos y mi móvil se cae al suelo, ¿qué hace aquí? No lo entiendo.

¿Podría este día ser más confuso? Lo dudo

-Pero... ¿Qué...? ¿Cómo...? ¿Por qué...?

Sueno como un disco rallado, pero no puedo aclarar mis ideas y salen todas a la vez.

-Lo siento-Me interrumpe, se acerca a mí lentamente y sus ojos brillan, está arrepentido de verdad.

No sé que decir, estoy en shock

Mi corazón despierta de ese sueño en el que lleva sumergido desde que discutimos y empieza a latir como loco, volviendo a ser como era cuando él está cerca de mí, solo que multiplicado por mil.

Te va a dar un ataque si no te calmas, respira maldita sea

-Por todo.-Añade

Lo siente... Lo siente de verdad... ¿Qué puedo decir ahora?

-No lo sientas, los dos cometimos errores. ¿Qué haces aquí? ¿Y así vestido? No entiendo nada...

Lleva un traje oscuro y una corbata roja, a juego con mi vestido.

Claro... A eso venía tanto empeño en que el vestido tenía que ser rojo...

Debí imaginarlo

No puedo evitar mirarle de arriba a abajo y esconder una sonrisa, está guapísimo.

No pienses en eso ahora, pervertida. Usa tu cabeza por una vez. Te hizo daño, ¿recuerdas?

No puedo echarme atrás ahora, no después de lo que pasó. Sus palabras me siguen doliendo.

Discutimos por teléfono al fin y al cabo y sé que fue fuerte, aunque no recuerde casi nada.

-Pues...yo...-Se rasca la nuca nervioso y mira hacia el suelo.

Adorable

Adorable no, joder. Me traiciono a mí misma.

-Un momento, Jorge y Alba lo sabían, ¿verdad?-Le interrumpo

-Sí...

-Por eso no querían que me fuera de la boda... Jorge se estaba mensajeando contigo...-Digo más para mí misma que para él.-Eso era lo que me ocultaban...

Alba se refería a él cuando dijo que tenía que enseñarle a alguien lo que se había perdido...

¿Cómo no lo pensé antes?

¿Para qué quiero enemigos teniendo a esos dos?

-Siento lo mal que lo has pasado por mi culpa, nunca fue mi intención hacerte sentir así. Nunca quise hacerte daño.

-¿Qué? He estado perfectamente, nunca había estado mejor-Miento e intento sonreír de la manera menos falsa que puedo.-Ha sido la mejor decisión de mi vida.

Ecos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora