Capítulo 35: Ayúdame...

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-¿A mí? No Juan, no me vas a tener. Lo primero, no soy un objeto, lo segundo, ni loca estaría contigo.

-Ay preciosa... Lo dices como si te estuviera preguntando...-Dice burlándose de mí.

Esa frase me recuerda a Pablo y me tenso, no quiero que Juan haga nada conmigo, no quiero que me toque, solo quiero estar con Pablo, daría lo que fuera por estar a su lado ahora.

Daría lo que fuera por no estar aquí con Juan, sola.

-Vete

-No, tengo que aprovechar que estás sola y que no están tus guardaespaldas. No voy a desaprovechar la oportunidad, preciosa. Espero que lo entiendas...

Se acerca a mí y me alejo, intento abrir la puerta pero no tengo la llave. Juan ríe y la agita en el aire con una sonrisa victoriosa.

Me da asco

-¿Te crees que soy idiota?

-Sí, lo creo.

-Eres muy contestona... ¿Por qué no cierras la boca de una vez?-Agarra mi rostro con fuerza y le escupo en la cara.

Aprieta la mandíbula y me da una bofetada que me tira al suelo. Toco mi mejilla que arde y me alejo lo máximo posible de él.

-No me toques.

-Eres una zorra, ¿lo sabías? Pero me gustas, y no sé por qué. Quizás porque no eres como las demás y me rechazas...

-¿Te gusta que te rechacen? ¿Sabes que eso significa que yo no quiero estar contigo? ¡Entiéndelo joder!

-Eres dura, y eso me gusta.

-Déjame en paz, te juro que si me dejas no diré nada de esto... Por favor.-Susurro con un hilo de voz mientras limpio una lágrima.

Tengo miedo, mucho miedo. Soy una chica fuerte y dura, sí, pero no puedo yo sola con esta situación.

-Claro que no vas a decir nada...-Se agacha y coge mi cara con sus manos.

Acerca sus labios a los míos y me besa con fuerza. Aprieto los labios e intento separarme de él sin éxito.

Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas y me aprieta el cuello, quitándome el aire. Me estoy ahogando.

-Necesito... Respirar.-Susurro

-¿Vas a estar tranquila?

Ni de coña, cabrón.

-Sí...-Susurro

Afloja su agarre un poco y besa mi cuello, dejando marcas en mi piel. Me da asco pensar que está dejando su rastro en mi piel.

-Cabrón... Suéltame hijo de puta.-Susurro intentando quitármelo de encima.

Por decirle eso me gano una patada en el estómago y otra bofetada.

-Te he dicho que te calles, ¿tan estúpida eres?

-No pienso callarme. ¡Suéltame! ¡AYUDA!

Ecos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora