Ecos (en edición)

Capítulo 41: Despídete

Pablo no está aquí. Se marcharía temprano, tendría algo que hacer, supongo. Quizá tendría que haberle hecho sufrir un poco más ayer y así seguro que se sentiría tan culpable que ahora mismo tendría un ramo de flores en mi cuarto. Aunque no puedo decir que me arrepienta de pedirle un beso porque... Es Pablo, y sus besos nunca están de más.

Nunca

Me levanto y voy al cuarto de Alba, que duerme abrazada a Jorge.

Love is in the air...

-Buenos días, parejita.-Abren los ojos y Alba sonríe.-Quiero saber absolutamente todo sobre esto, y ahora.

-No hay mucho que contar... simplemente ocurrió, este loco se lanzó a mis brazos y no me apetecía nada rechazarle.-Sonríe y le besa.

-Me alegro mucho por vosotros, ya sabía yo que acabaríais juntos. Así me libraré de los celos de Pablo contigo, Jorgito.

-¿Se pone celoso de mí?-Alba le da un codazo y las dos reímos.

-¿Eres idiota? Se ve a kilómetros, y además... prácticamente le dijiste lo que pasó entre nosotros.

-Se me escapó, lo siento mucho, de verdad. No quiero que por mi culpa os enfadéis ni nada...

-No te preocupes, no se ha enfadado, todo está bien. Os dejo solitos, hasta luego.

Vuelvo a mi cuarto y miro por la ventana, quiero verle, necesito verle.

Pablo está en su cuarto hablando con alguien, no me ha visto aún. No puedo evitar sentir curiosidad, ¿con quién hablará? Parezco una maldita cotilla, pero de verdad tengo curiosidad y... Vale, soy una cotilla.

No tardo en descubrir a la otra persona en la habitación, es Laura. Mis puños se cierran con rabia, ella no es mala persona, incluso me contó lo de que Pablo estaba triste pero... ¿Que hace ahí? Supuestamente su relación es pasado, aunque puede que sean amigos o... Que yo sepa lo único que les unía era el sexo y no creo que la necesite para eso.

Le da una camiseta azul y se marcha.

¿Una camiseta? ¿Por qué? La curiosidad me está matando.

Bajo corriendo las escaleras sin importarme que lleve un pijama demasiado revelador, aunque me pongo una bata por encima. Salgo de casa fingiendo que voy a tirar la basura.

-Buenos días.-Le digo intentando sonreír de forma sincera, me mira y sonríe.

-Hola, ¿qué tal?

-Bien, ¿y tú? ¿Qué haces por aquí?

-Muy bien. Venía a devolverle a Pablo una camiseta que se dejó hace unas semanas, me hizo una... visita.

Y yo sé de qué tipo de "visita" hablas...

-¿Ah, sí? ¿Cuándo?-Pregunto tratando de parecer indiferente.

-El día que volvió de Los Ángeles. Acababa de llegar creo, no me acuerdo muy bien. Pero he encontrado la camiseta y quería devolvérsela.

El día antes de la boda... El día antes de decirme que me quería... ¿estuvo con ella? ¿Y haciendo eso?

Le voy a matar.

-Tengo que irme a trabajar, un placer verte.

-Igualmente, hasta luego.-Se marcha y me dirijo con rabia a su puerta.

Llamo a la puerta y me abre un Pablo sorprendido, y nervioso.

-Hola, ¿qué haces aquí tan temprano? No eres muy de madrugar. Por cierto, tengo que decirte una cosa...