Capítulo 36 ✘ La última batalla

72 16 1
                                    

La oscuridad del Rey Shanees comienza a rodear al Castillo, cada vez se extiende más al punto de destruir todas sus barreras de protección y división. Sus sombras cruzan con facilidad al mismo tiempo que la misma oscuridad cubre a la sombra original. Desapareciendo de su sitio hasta reaparecer dentro del Castillo, del otro lado de su enorme puerta que destruye. Tomando forma con cada una de sus sombras alrededor frente a los guardias vampiros, que alertas, tomados por sorpresa forman una línea siendo un escudo para el Castillo.

Sin embargo, Shanees percibe su miedo, la oscuridad de cada uno que anhela absorber. Con una sonrisa maliciosa extiende los brazos fluyendo sus hilos de oscuridad que frenéticamente los alcanza como desviandose en cada rincón del Castillo.

—Matalos a todos —le ordena Vlad al aparecer a su lado. Con la misma maldad, observa en cada punto del Castillo— Que nada quede del vampirismo.

Mientras tanto, más a fondo entre los pasillos, cada vampiro y vampiresa comienza a darse cuenta al ver una total oscuridad cubrir el Castillo como hilos de la misma que aparecen en las paredes, en los barandales, en los muros; en cada construcción hasta descender hasta el suelo, acercándose a cada ser inmortal creando una red de oscuridad.

En la sala, la silla del trono es cubierta por los mismos hilos causando la atención de sus líderes al estar en el centro, interrumpió su discusión.

—Darren —la Reina retrocede un paso aferrandose a su brazo.

—Están aquí —el Rey gruñe y retrocede al mismo tiempo que ella— Tenemos que atacar.

Con la misma velocidad, se marchan hasta salir viendo lo mismo en el pasillo.

—¡Al cuarto de armas! ¡Todos protejanse! —les grita la Reina.

El caos se desata.

Vampiros huyen de la oscuridad con velocidad, unos dispuestos a defenderse, pelear por su reino, por su eternidad y otros se marchan a mantener protegidos a sus creaciónes.

En el cuarto de armas, con suma rapidez es dealojado cuando agarran ballestas, lanzas, dagas, estacas. Miles de armas para cientos de vampiros.

—Las armas no los detendrán Ayline. Estamos tratando con maldita oscuridad.

—Lo sé Darren pero no podemos permitir que nos conviertan en sombras. Luchar sin rendirnos, hay que evitarlo.

Él gruñe y acorta la distancia.

—Vete del Castillo —sin ocultar la desesperación la sostiene de los hombros— Ya no es seguro, huye con Lizbeth, con todos por la salida de los calabozos.

—No te dejaré solo aquí rodeado de sombras.

—¡Maldita sea Ayline! No podré protegerte.

—Darren —lo obliga a soltarla— Nos protegeremos mutuamente. Ni aquí, ni allá afuera es seguro. La oscuridad está en todos lados.

—El cazador va aparecer —tensa la mandíbula— El maldito vendrá por ti.

—Y yo permaneceré a tu lado, no dejaré que Vlad me separe de ti —sitúa ambas manos en sus mejillas— No te abandonaré. Los dos tenemos que salvar a Darel.

—Esta dentro de la maldita sombra.

—Entonces nos enfrentaremos a la  sombra —le da un casto beso en los labios y baja sus manos.

De pronto aparece Ana Liz con su alma, con su hija y al mismo tiempo entran y se acercan.

—¡Madre! ¡Padre! —se lanza a abrazarlos quedando entre los dos. Aylin se esmera en sonreír, Darren luce  serio— Creí que la oscuridad... —se aleja viendo a cada uno— los había convertido en sombras.

✘DAREL: Mundo Vampirico✘ © [SVD#4] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora