Happy Ending

III. Respirar profundo

— ¡Uh! ¡Mingi! ¡Que gusto que vinieras!

Mingi se deja abrazar pro al Sra. Jeong, ella lo recibe sonriente y feliz de que viniera. Mingi agarra su mochila del suelo y camina junto a ella al interior de la casa. La verdad, le gusta mucho esta vivienda. Siendo que la habita una mujer experta en botánica, a nadie extraña que este llena de vegetación. Ella se acomoda un par de mechones cenizos tras la oreja.

—Lo siento si hay un poco más de desorden que la última vez. Me llegaron estas plantas de Corea y aun no termino de entender que tipo son—admite rascándose la cabeza. Mingi se inclina para verla mejor—, tal vez una nueva especie de sakura, pero azul... quien sabe—Encoge de hombros—. Yunho está en el piso de arriba, en su cuarto—anuncia con las manos juntas—. Peleando con su tarea de verano. Muchas gracias por venir a ayudarlo.

—No podía dejarlo sufriendo solo. Debemos esforzarnos para que consiga ser un doctor. —dice Mingi en voz baja, tímido. La Sra. Jeong hace puchero con las manos en el pecho.

—Que adorable eres. No te alejes nunca. Seré tan feliz de tenerte por aquí—celebre emocionada—. Por favor no hagan nada aquí ¿Vale? No sé si han iniciado esa parte de la relación, pero—Da un par de aplausos—. En mi casa no. menos conmigo aquí.

—Entendido. —Hace una reverencia total y con eso, se da por cumplida.

Mingi sube al segundo piso, entra a la habitación de Yunho sin tocar. Desde afuera escucha el chispeo que hacen sus neuronas calcinándose. Se nota que hace tarea de pociones. El Hufflepuff obtiene un brillo enorme en los ojos de ver a Mingi aparecer.

—Viniste a salvarme de esta pesadilla—lloriquea extiendo los brazos y girando en su silla, teniendo cuidado con su pierna—. ¡NO ENTIENDO NADA! —chilla Yunho, desesperado.

—Tranquilo, tranquilo. —ríe Mingi, relajado y arrimando una silla.

Una hora después, La Sra. Jeong sube con una bandeja de galletas. Más para Mingi que para Yunho. No puede evitar adorar al novio de su hijo. Se le hace tan adorable. Al estar en la puerta, encuentra a Mingi hablando lento y muy a detalle de la tarea de pociones. Coloca la bandeja con galleta y bebidas, siendo agradecida de inmediato.

—No lo sueltes jamás. —susurra la Sra. Jeong y Yunho enrojece.

┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈

Yeosang no contiene la sonrisa de emoción por Wooyoung en su puerta. Su amigo y compañero de casa sonríe amplio, saludando con la mano antes de ser como se acostumbra: aventándose a saludar con un abrazo. Pasan a la vivienda, lo que la Sra. Kang observa es más un borrón que otra cosa de lo rápido que corren al segundo piso. Da una suspiro, sacando los labios.

A veces la asombra la cantidad de amigos tan buenos que Yeosang tiene. Pensó que su pequeño se iba a quedar solo hasta poder tener el cuerpo que le corresponde. Admite que Wooyoung es el que mejor le cae de todos. Incluso por encima de Jongho.

Lo considera el que más lo ha apoyado y entendido.

También el complemento de extroversión que Yeosang necesita a veces.

En fin, adora a Wooyoung y solo por eso cedió al lloriqueo de Yeosang de tenerlo al menos una semana con ellos.

Tuvo que ser ella quien lloriqueara y hasta rogara a la familia Jung porque dejara a su hijo unos días. Que iba a servirle para normalizarse después del susto con tantas casi muertes y problemas.

— ¡Kang-nim! —Sobresalta por Wooyoung asomado a la puerta—. Debería ponerse otra ropa hoy. Esa es muy linda. Póngase una que no le guste.

Yeosang le recomendó hacer lo que Wooyoung le diga. Así sea absurdo inicialmente. Ese fue su único aviso, yéndose con una enorme sonrisa. Decidió solo seguir la corriente. Se puso ropa vieja para cocinar y supo que Wooyoung tuvo razón cuando de repente la olla explotó y aparte de toda la cocina llena de salsa roja, también lo está ella.