XXXVIII. Más validación

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Da un chillido de susto por el empuje y más aún cuando Abraxas aparece delante suyo. El Black silba, viendo alrededor y luego hacia Wooyoung, sonriendo amable e inclinando la cabeza.

— ¿Tienes té? Tengo muchísima sed y hace un frío bastante molesto hoy.

Wooyoung respira agitado y tartamudea una afirmativa.

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—Hay muchas personas en el departamento de aurores que quieren hablar contigo—comenta Jongho, moviendo la pajilla en el batido que pidió. No tiene ganas de una bebida caliente—. Todos quieren hacerte saber que tienes su apoyo en lo que sea que te propongas. Así no sea mucho. Incluso mi jefe te tiene en buena estima.

—Eso es... ¿Raro? —opina Hongjoong arrugando la cara—. ¿Cómo puede pasar eso?

—Porque Seonghwa ha estado hablando con todos los marginados que encuentra en el ministerio, ellos les hablan a otros marginados afuera del ministerio—relata San sacudiendo la cabeza a un lado a otro, divertido de la cadena—. Es muy fácil: siempre van a enterarse de ese tonto que va contra la corriente y querrán juntarse para conseguir lo que quieren. En este caso, no le veo nada de malo.

—Al menos no son unos imbéciles que quieren violarte como Abraxas. —cuenta Jongho y Seonghwa le mira mal.

—Él no quiere violarme.

—Claro que quiere—burla Jongho—. Se le nota en cada poro. Al menos así es como te mira. Después de todo, quiere humillarte para que dejes de molestarlo.

—Dudo que llegue a ese extremo. —opina Hongjoong y San da un quejido hastiado.

—Por favor Hongjoong, Seonghwa aparte de hermoso y millonario, se heredero e Salazar, con la misma lengua pérfida de su antecesor. Obviamente lo quiere derribar y si por él fuese, lo violaría en pleno debate—burla San indiscreto, enderezándose en su asiento—. No seas tan inocente—pide apoyando la barbilla en su palma—. Es especialmente peligroso considerando que podrías acabar muerto proe so.

—Solo no creo que toda la gente alrededor nuestra con la que no coincidimos, sea así de mala. —Defiende Hongjoong y en su favor, es un buen punto.

Que alguien sea totalmente opuesto en pensamiento no lo convierte en un violador o en alguien capaz de asesinar. Jongho está de acuerdo con él en ese punto, no así que aplique a Abraxas precisamente.

—Sea como sea—Seonghwa descarta el tema—. No va a suceder. No solo porque ya no debe funcionarle, prefiero el suicidio que eso entre mis piernas. Tengo otros intereses. Leones principalmente.

Hongjoong se ahoga con su bebida y Seonghwa da una risa ladina. San y Jongho se ven entre ellos, sin entender que pasa entre ellos. Aunque San se hace una vaga idea.

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Balancea el brazo, caminando por la alta colina donde está la casa de Wooyoung y San. Ve algunas criatura mágicas jugando por ahí. Principalmente hipogrifos y unicornios. Cada uno al lado opuesto del otro. Da toques a la puerta y lo extraña que Wooyoung tarde tanto en abrir.

—Woo, vine a que paseemos un rato. —anuncia en voz alta. Aun nada—. ¿Woo? ¡Woo! ¡Ooooye! —Toca con más insistencia.

Tímido, va a asomarse en una de las ventanas y se da cuenta de que haya alguien más adentro, además de estar inusualmente cerca de Wooyoung ¿Será San? No, él sale más tarde del ministerio. Abre la ventana con un hechizo básico y entra por una ventana contraria, darse un poco de cancha para saber quién es, qué pasa, si hace falta intervenir.

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