XI. Inquietudes consoladas

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Todo el departamento de aurores fue a la residencia Park. Algunos estaban muertos debido a hechizos imperdonables, otros por heridas físicas; la conclusiones es que fue una suerte que Seonghwa no matara a nadie con su explosión de magia. Algo que, de nuevo, justificó su herencia mágica. Nadie tiene una magia así de fuerte solo porque sí. No existe tal milagro o no ha sucedido en ningún momento.

Tendría que ser un muggleborn, alguien que inicia la raíz de la magia en una familia que nunca tuvo. No obstante, Seonghwa viene de un legado largo, poderoso, casi extinto y es lo que se sospecha, fue lo causante del ataque: los principales sospechosos son los Black.

Que muy probablemente se enteraron de los coqueteos e intenciones de Seonghwa con Hongjoong, por lo que recurrieron a contratar malvivientes que se llevaran a Seonghwa, tenerlo para ellos como desean. Sin trabas, sin problemas, sin que sea un adolescente insoportable que tenga la más mínima capacidad de hablar en la discusión.

No funcionó solo porque Wooyoung apareció. De otra forma, habría sido un secuestro silencioso y sin que nadie lo notara. Apenas quien estuviera cerca y tuviera que ser asesinado por verlo.

Mientras la vivienda es revisada, descongelada y la investigación se realiza, Seonghwa está instalado en la vivienda Kim. Los padres de Hongjoong casi despampanantes de alegría por tenerlo entre ellos. Seonghwa se ha mantenido un poco arisco, triste por la muerte de una de sus serpiente y estancado en la sensación de pánico que sintió.

El que se congeló por completo en lugar de atacar de regreso a quien casi lo secuestra.

—-Mañana van a venir todos para que estemos juntos un rato. Incluso Wooyoung va a poder venir—comenta Hongjoong sentándose junto a Seonghwa, quien acaricia se su pitón albina. Hongjoong espera que Seonghwa no congele la habitación. Mataría a sus propias serpientes. Está tan inquieto que no controla su magia oscura—. ¿Cómo te siente hoy?

Lo pregunta al despertar.

Después del desayuno.

Después del almuerzo.

Después de la anochecer.

Antes de ir a dormir.

Y la respuesta es la misma:

—Como un inútil que no puede cuidar de sí mismo y que todos quieren usar como les dé la gana. —musita Seonghwa. Hongjoong frunce los labios. Prefiere no responder nada a eso, pues nunca sabe que decir. No sin que Seonghwa no se enoje al menos. Ahora mismo, le urge expone lo que piensa:

—No eres débil por no saber responder en el momento. Estabas asustado-

—Pude haber huido, pudo haberlo empujado, pero no hice nada—discute Seonghwa girando bruscamente hacia él, la pitón enrosca todo su cuerpo en sí misma, haciéndole más fácil saltar hacia Hongjoong si hace falta. Si siente a su señor en peligro y deba asfixiar a este adolescente—. Solo me quedé ahí, gritando como si eso fuese a salvarme—Regresa la atención a sus serpiente—. Fui patético.

—Hwa... tienes quince años—murmura Hongjoong y Seonghwa mueve la mandíbula—. No se trata... de que sea fuerte e imparable. Se trata de que si fueses inútil y patético, no estarías aquí, sino en Black Manor, quizá casado con Abraxas Black. —justifica encogiéndose de hombros.

Seonghwa no lo considera válido. Hongjoong le toma de la amano.

—Eres más fuerte de lo que tú mismo te ameritas, no tiene nada de malo tener un poco de debilidad ¿Lo sabes? — Hongjoong a veces no entiende la forma en que criaron a Seonghwa.

Es claro que su forma de ser ajena viene a su poco interacción social, a que solo habla con serpientes, se siente solo, es torpe e incompetente socialmente. No obstante, contrario a lo que se pensaría, él es de todo menos tímido. Tampoco es alguien que se deje menospreciar. Es muy explosivo, también muy dominante. Pareciera que las serpientes le contagiaron un poco de su actitud y por ello, es que no hay forma de que su matrimonio con los Black funcione.

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