XXI. Final tedioso

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—Entonces ya pidió perdón.

—Síp. Fue muy lindo.

—Bien.

Seonghwa palmea a Wooyoung en la cabeza, que se ríe abrazándolo. No deja se darle vistazos ocasiones. Es gracioso que con todo el problema, se ha olvidado de leer la carta de sus padres. En parte, es mejor así. No quiere otro mar de lágrimas.

Mejor enfocarse únicamente en el colegio y no en problemáticas sociales que hay en el mundo mágico inglés. El único que parece arder con la fuerza de mil soles.

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—Mingi...

— ¿Dime?

— ¿Qué... es... esta porquería?

Mingi rompe a reír sin querer, dejando de lado los mochis y casi cayéndose de su asiento. Yunho lleva media hora leyendo las mismas dos páginas y no teniendo absolutamente nada. Se supone que debía avisarle tan pronto se confundiera, no forzarse a entender.

— ¿Cómo entiendes todo esto? Ni siquiera piensas trabajar de esto y lo estudias para explicarme—recrimina Yunho con las manos hacia si pecho—. No entiendo nada ¡ESTO ES INENTENDIBLE!

Alguien en la biblioteca lo chista y Yunho golpea la cabeza contra el libro. Mingi es lo arrebata lentamente. Ah, ser tutor de su novio es una tarea ardua, pero lo hace muy feliz.

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—Cuándo me vas a pedir perdón por pensarme un inútil que necesita protección. Estoy esperando hace dos semanas y no dices nada. —murmura Yeosang y Jongho queda con las mejillas llenas.

¿A poco tenía que pedir perdón? Esta parte no la vio venir. Agradece el despiste de Yeosang, lo permite no lucir sospechoso y sorprendido.

—Estaba pensando en que decir. Es todo. —Yeosang se ríe, balanceando la cabeza.

—Solo pide perdón y prométeme que no lo volverás a hacer—Jongho no evita el gesto incómodo, tragando forzosamente todo lo que tenía en la boca—. ¿Qué tienes?

— ¿Por qué no quieres que te cuide? Pensé que eso te gustaba. —farfulla Jongho, similar a un niño quejoso y mimado. Lo hace lucir accidentalmente tierno. Yeosang frunce las cejas h niega con la cabeza.

—No es que me guste que me cuides. Me gusta que estés para mí cuando te necesito, así como estoy para ti cuando me necesitas—Corrige el muchacho y Jongho no cambia mucho de aspecto o de sentir—. Sé cuidar de mí mismo.

—No lo parece. —Opina Jongho y Yeosang se ríe.

—Sé que no, pero es cierto... Y por eso sé que aparecerás si te necesito. A veces algunas cosas son muy grandes para mi—Yeosang encoge de hombros un momento y se balancea en sus pies—. Y cuando soy chiquito tienes que ayudar. Antes... No. Estoy bien

— ¿De verdad? —pregunta Jongho, inquieto y nervioso—, es que... No quiero que te pase nada.

—No lo hará—Yeosang lo besa en la mejilla y lo abraza—. Estaremos bien. Los dos juntos.

Jongho se recuesta de Yeosang, soltando el aire.

—Perdón... Quisiera ser fuerte y cuidar de ti. Es todo. Me gusta sentirme fuerte. —explica con sencillez los puntos más vitales.

Los más específicos también.

Así no tendrá ganas de llorar.

Yeosang da una animada risita y lo abraza más fuerte.

Happy EndingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora