XXVI. Lo que se piensa.

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Seonghwa despierta por caricias en el cabello. Al levantar la cabeza, encuentra a Hongjoong, con los ojos entreabiertos y modorra—. ¿Cuánto tiempo tienes durmiendo ahí? —pregunta en voz baja. Seonghwa no le responde. Toma la mano de Hongjoong y la frota en su mejilla.

—Me alegra que despertaras. —murmura Seonghwa con una leve sonrisa en los labios. Hongjoong niega con la cabeza.

— ¿Ya pasó?

—Sí.

Hongjoong chasquea la lengua. Seonghwa suelta su mano y saca de su bolsillo el guardapelo de Slytherin, dándoselo a Hongjoong en el regazo. El Ravenclaw frunce las cejas.

—Mejor quédatelo. Con tanto problema que ha dado, mejor no tenerlo.

—Vamos a casarnos... y quiero que los tengas, es tuyo.

—Seonghwa—discute Hongjoong—. No voy a tener eso conmigo sí es solo por cumplirte un capricho. Y menos cuando claramente considera que no me lo merezco.

—Sí te lo mereces. Es la única persona que podría estar conmigo y con la que yo podría estar. No hay nadie más. —asegura Seonghwa, estresado—. Es... algo que ya está decidido. No puede ser intervenido por otros—Hongjoong lo mira mal—. Lo que digan o lo que es la realidad no importa.

—Entonces piensas que soy un débil e inútil incapaz de hacer nada por sí mismo—rectifica Hongjoong y por la forma en que Seonghwa arruga la ara, sí, eso cree—. No confías en que puedo ser útil o que por no ser igual que tú, puedo estar bien.

—No puedes en mí mundo—Especifica Seonghwa, ansioso—. No quiero perderte... no puedo—dice con voz dolida y débil—. Y sé que si quiero tenerte, debo mantenerte a salvo—Lo vuelve a tomar de la mano—. No eres como yo. Eres más frágil. Muy brillante. Por eso todos quienes destruirte, para apagarte—Frota la mejilla en la mano de Hongjoong—. Estoy dispuesto a cuidarte por siempre.

—No quiero que me cuides. No lo necesito.

—Sí lo haces ¿Por qué no puedes aceptarme...?

—Porque no quiero tenerte como un guardaespaldas, alguien que debe como un escudo. Te quiero junto a mí. Debemos cuidarnos mutuamente. Ayudarnos.

Seonghwa baja al mirada. Duda que puede hacerse así. Hongjoong al final se queda con el guardapelo. No quiere que Seonghwa piense alguna tontería demasiado intensa por no aceptarlo de regreso, aunque la tensión queda entre los dos.

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Se hace el cabello atrás con una mano y se queda viendo a los tres jugadores nuevos del equipo. No han discutido nada más. Inusualmente tranquilos y hasta obedientes. Nota que hay miedo en ellos. Una especie de temor involuntario a acabar como la estudiante de tercer año.

—Bueno, al menos sirvió de algo el rumor de la maldición—comenta su buscador y Yunho asiente—. Por cierto ¿Es real la maldición? Es amigo tuyo. Me da curiosidad.

Ella no vio el cadáver. Los que no estuvieron ahí, creen que otros exageran, que es una estupidez. Hay una revuelta de información y hechos, por lo que tan solo se hizo la decisión unánime de no molestar a nadie del grupo de Seonghwa.

Por defecto, a los asiáticos en el colegio.

Pensando que de alguna forma, eso los hace amigos a todos.

—Es real que no puedes robarlo o esconderlo. Vuelve a su dueño. —responde Yunho, parco. Pues es lo que Hongjoong ha mencionado: el guardapelo regresa a él de forma misteriosa.

Happy EndingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora