XXXV. Haciéndose espacio

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— ¿Como han ido las cosas en el ministerio?

—Bien.

Hongjoong se muerde los labios y trata de ignorar a su papá lo máximo posible, concentrado en la manipulación de la enorme cantidad de plata que hizo fundir hace unos segundos. Sabe que él está al pendiente por preocupación, porque lo quiere ver bien, pero al mismo tiempo...

Está dejando de ir a dar clases en Hogwarts este año debido a la cobardía de decirle que tiene una plaza allá. Aún tiene oportunidad de unirse. Apenas ha pasado un mes desde que iniciaron las clases y pidió una prórroga de un mes y medio. Se la aceptaron debido a la expectativa que tiene sobre él.

Hongjoong siente que podría ahogarse de lo nervioso que lo pone.

Y su magia lo expone, chispeando, incendiando cosas de la nada. Es imposible no darse cuenta de que algo lo tiene nervioso. Sus padres hacen la vista gorda porque sigue haciendo lo que esperan de él.

— ¿Seonghwa en dónde está? —pregunta la Sra. Choi, sorprendida de no hallarlo en ninguna parte.

—Oh, salió hoy al ministerio, caminar un poco alrededor, dar un vistazo al departamento de misterios y esas cosas. —explica Hongjoong. La plata toma forma de medusa y flota por el aire, moviéndose fluidamente. Su padre sonríe, felicitándolo por conseguir que la plata parezca suave y liviana.

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Seonghwa se encuentra aturdido por muchas razones: la primera, está solo, San se fue a hablar con unos nobles que quieren discutir algunos asuntos con él y por su parte, quiso quedarse a hacer un recorrido general del ministerio. Nadie se lo ha ofrecido y es supone que debería ser así. Se nota que no quieren que se inmiscuya demasiado.

La visión que Namjoon tiene a la mano debió ser vista por otros que no quieren que sucede.

El punto es que para esto, no tuvo más alternativa que pedir ayuda a una persona del ministerio. Es una chica de cabello rojo, lentes grandes y rasgos que no son ingleses. Diría que latina. Es bajita, con un tatuaje de luna en el hombro y ella evita verlo a la cara.

¿Quién se cree? Él es quien debería tener asco de ella, no al revés ¿Por qué no lo mira?

El punto relevante aquí es que ella le ha mostrado todo con demasiado detallismo. Es sorprendente lo mucho que conoce. A tal punto que piensa que habla con una especie de viceministra o alguna encargada importante del ministerio.

— ¿Qué se supone que trabajas en este lugar? —pregunta Seonghwa cruzado de brazos, ambos en espera del ascensor para ir al último destino: el departamento de misterios—. ¿Una política importante o algo así? No has estado en ninguna sesión.

— ¿Yo? Claro que no ¿Por qué cree eso?

—Porque tienes la audacia de no mirarme a la cara ¿Quién te crees que eres? —replica Seonghwa, irritado y ofendido. La chica lo mira, asustada—. Estoy más que convencido de que tengo mejor sangre que tu corriendo por mis venas, también más dinero y autoridad. Así que sé respetuosa y mírame. —regaña Seonghwa ay ella sacude la cabeza.

—N-no es eso... Y... bueno, solo trabajo como secretaria del Jefe del Departamento del Uso Indebido de la Magia—Seonghwa entrecierra los ojos ¿Secretaria? —. Estaba en camino para allá cuando me pidió ayuda.

—pero conoces todo.

—Claro, iba a ser empleada del departamento de misterios—Se acomoda le cabello rojo tras la oreja—, pero lastimosamente no consideraron que fuese adecuada.

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