Happy Ending

XXIII. Preocupaciones y angustias

— ¿Por qué tan distraído?

No le hace falta ver a Hongjoong para saber que tiene la cabeza en otro lado. Teniendo ya tanto tiempo viviendo con él, pasando las veinticuatro horas del día juntos, ayuda a conocer sus estados anímicos, su lenguaje corporal; la única desventaja, es que aún no sabe leer mentes, por lo que desconoce totalmente que es lo que paz por su cabeza.

Hongjoong juega con la pluma, la pasa por su labio superior y mira con desprecio el papel delante suyo. Como si hay algo repugnante y no una simple lectura de runas que deben traducir para la próxima semana. El Ravenclaw por su parte, no puede más que odiarlas.

Es la primera vez que su mente no lo procesa como siempre. Le duele la cabeza, los ojos, se siente incómodo e irritable.

— ¿Hongjoong? —Insiste Seonghwa, dejando la pluma de lado y tratando de buscarle la mirada. Hongjoong mantiene la mejilla apoyada en su palma, refunfuñando en voz baja.

—Estoy preocupado por la pruebas vocacionales que nos van a hacer. Es todo. —Seonghwa levanta una ceja, es un temor ¿Raro?

—Ya las hicimos. Ya saliste perfecto para el departamento de justicia del ministerio, también para ser del departamento de control de criaturas mágicas, recopilación y el estudio de la cultura mágica...

Seonghwa sigue dando una lista que podría ser eterna. Hongjoong fue seleccionado para todo ¿Cómo no? Cumple con las cualidades para ello. En papel, es el empleado que todos necesitan. En la práctica, Seonghwa sabe que deben descartar los roles que impliquen mucha malicia social. Esas cosas que los nobles adoran. Ser una víboras asquerosas y terribles.

Irónico, considerando que es ahí a donde piensa saltar por sí mismo y sin saber, es a donde la Sr. Choi lo está empujando. Es la situación que los envuelve la que los empuja hacia allá.

—Que esta vez será una prueba para la certeza de donde quedaremos. Si apruebo, podría tener cualquiera de esos puestos en el ministerio—Se quita las gafa y se aprieta el puente de la nariz—. O podría ser un jurado, podría- Hay muchas cosa y también está que yo quiero se profesor.

— ¿Entonces? —replica Seonghwa, sin hallar que lo tiene tan preocupado. No hay nada nuevo en todo eso. Hongjoong se muerde el labio inferior.

—Mi familia no sabe que quiero ser profesor.

— ¿Diles? Y se acaba. —Seonghwa encoge de hombros y Hongjoong lo mira mal. Por qué no lo sorprende que Seonghwa no entienda.

Ah, cierto, él es así: lo ve ahogarse con un vaso de agua y en lugar de ayudarlo, le dirá no seas tan ridículo, es un vaso de agua, nadie se puede morir de eso. A veces, la falta de tacto de su novio, es una amenaza para sus nervios sensibles.

—No es como que te van a desheredar. No tienen a nadie más a quien recurrir. Tampoco le conviene—Seonghwa vuelve a tomar la pluma para continuar con su tarea—. Deja de preocuparte por tonterías, haz lo que quiera y sigue con la vida.

—Lo dices tan fácil. Como si no tengo responsabilidades con mi familia, como si no vives en mí casa y nos pueden echar en cualquier momento si los enojo o peor, me excluye. —replica Hongjoong dándose troques en el pecho. Seonghwa arruga la cara y encoge de hombros.

—Te van a abandonar cuando tengas edad, antes o después da lo mismo. La única diferencia es que ahora sería por estúpido y mediocre con la elección de trabajo. No vas a estar por siempre con ellos. Estarás por siempre conmigo que soy tu pareja y futuro esposo—explica Seonghwa y Hongjoong levanta las cejas, empezando a molestarse—. Sea como sea: tengo dinero, compro una casa y nos vamos los dos. Eres profesor, por más patético que sea gastar tu talento en eso que jamás recompensara lo suficiente y- Ay.