Happy Ending

XL. Siguiendo instrucciones

Yunho se da palmadas en las piernas. Debido a todo el ajetreo de la graduación, si deben hacer una revolución entera contra las figuras de poder en Inglaterra, ponerse al día con sus amigos, con su novio, iniciar su mudanza al departamento que Mingi decidió rentar cerca de la tienda y el consultorio... Sintió que se merecía una semana de ser un vago que apenas sabe comer y dormir.

Ayudó en la comida a duras penas por no ver a Mingi arrastrándose por la cocina. Mingi tiene diversos trabajos. Se graduó en herbología y además de estar en la tienda de la suegra, da clases de nivel avanzado en la misma institución. Fue tan excepcional que ahora lo tienen ahí, casi amarrado y bajo amenaza.

Realiza algunas investigaciones, cuida las plantas. Está muy feliz con lo que hace y ese es el mejor punto para Yunho. Mingi luce demasiado tierno cuando está alegre y se siente realizado. Fue bastante dulce en decirle que podía tomar un mes de descanso. Trabajar es vivir un mismo día varios días, por lo que en su opinión, no debería haber mayor prisa.

Yunho en esta ocasión no le hizo caso. Con un semana basta. Quiere poner en práctica todo lo que aprendió. Además de que es consciente de lo difícil que será esto. Normalmente las personas no van a un doctor recién graduado. Prefieren a alguien con experiencia.

Yunho solo espera no llorar por no tener ni un paciente en ¿Un mes? Dos días, mejor dicho. Eso sí lo frustraría y le dolería. Fueron tres años la especialización. Por no mencionar la asquerosidad que fue aprender todo el mecanismo manual sin magia. Casi se desmaya.

Resopla y mira al techo. Dos días se reducen a uno. Eso demorará en ponerse a llorar sintiendo que-

—Disculpe ¿Jeong Yun-Ho?

O tal vez unos minutos bastan.

Que fácil.

Se preocupó por nada.

Casi se cae de la silla del susto. Se endereza, saluda con una reverencia y sonríe torpe. Es una chica que podría tener su edad. Rostro bonito y sonriente a pesar de palidez y ligera modorra.

—Sí. Soy yo. Un gusto. —saluda con una reverencia de cabeza.

—El gusto es mío... Vine por una consulta general, tengo un dolor insoportable en el estómago y ya tiene así cuatro semanas—explica haciéndose atrás el cabello y sacudiendo las manos a medida que explica, nerviosa—. N-no tengo demasiado dinero, pero me dijeron que la consulta no es tan cara... Y que si me atendería.

—La consulta cuesta igual que los otros que están aquí. Creo que es barata—opina Yunho algo perdido. Considerando que su madre y padre tienen ingresos normales y el hospital jamás fue un problema, no tiene como medir esto. La chica luce aliviada—, y ¿Por qué no te trataría?

—Ah es que he ido a cinco médicos distintos y ninguno quiere decirme que tengo—expone ansiosa—. Uno ni siquiera quería tocarme diciendo que soy una rata.

Yunho levanta las cejas y parpadea repetido ¿Una rata? No pregunta al respecto y decide tan solo tratarla. Ya la ve muy mareada. Aparte de la revisión general y preguntar más sobre la dolencia, Yunho se queda pensando en si debería pensar algo al respecto de que no consiguiera un médico antes.

—El problema es que por accidente o no, bebiste una poción para alisarte el cabello. Tu organismo está tratando de limpiar los restos, pero es muy fuerte. Un poco más y pudo haberte matado—anuncia y ella suda frío—. Por suerte no es complicado de eliminar. Solo basta con una poción de pureza y estarás lista en dos días.

—Oh... ¡Oh! ¡Fue mi gato! Mezcla todo y debí pensar que era para cocinar—Yunho aguanta la risa. Eso suena tan chistoso—. Iré a comprarlo. Muchas gracias. Pago en la taquilla ¿Cierto? —Yunho asiente—. ¡Muchas gracias! —Reverencia con la cabeza.