2. Capítulo 12: Encuentros

250 19 45
                                    

Abril Isaza.

Más hombres como mi hermano.

Nunca había visto a alguien conmoverse tanto. Nuestra situación se había tornado tan extraña que hasta parecía irreal.

Al momento de que Julia le contase de su enfermedad y sus posibilidades. Adivinen que hizo.

Comenzó a llorar.

Abrazó tanto a la rubia que hasta parecía que él era quien padecía el mal. Se quedaron así por un buen rato, hasta que ella se durmió en su hombro mientras él le acariciaba el cabello.

Ya cásense, solo les falta un año para la mayoría de edad.

Aunque, Julia también me dijo algo que me dejó pensando.

Me pidió que la cuidara. Había un tratamiento en Bogotá, pero más lento, en España era más rápido, no obstante, era muy agotador para ella.

Juan Pablo se ofreció, pero sus horarios de actividades no cooperaban. Solía practicar con los chicos en la finca de Alejo hasta el día siguiente, no podría ver a mi amiga.

Los papás de Julia, tanto como los míos, son muy ausentes. Paran ocupados, si bien le pagan todo lo que necesita y se preocupan mucho por ella, su trabajo no les permite su cercanía.

La única de confianza que podría atenderla sería yo.

Pero, planeaba irme después de mi cumpleaños.

Y ahora no sé que hacer.

Juan Pablo Villamil.

Mañana es su cumpleaños.

Ni sé si todavía se encuentra acá, no me he roto la cabeza pensando en eso.

Creo que es un avance.

Hoy tenía planeado a hacer ocio. No hay nada que hacer, ni tengo ganas tampoco.

Solo sé que ahorita me están obligando a ir de compras con mi hermana.

—Camina más rápido, Juan —.

—¿Por qué te tengo que acompañar? —protesto, con las manos en los bolsillos—.

—Porque eres mi hermano y necesito un perchero andante —indica, sonríe con cinismo—.

Hago un chasquido con la lengua y no tengo más remedio que seguirla. Pierdo la cuenta de por cuántas tiendas hemos pasado. No todo fue malo, me compré una gorra y un regalo.

Ups. Tampoco tenía ganas de controlar mis impulsos.

Hacemos una parada en una cafetería, tuve que juntar dos sillas para dejar todas las bolsas.

—Lau, ¿no crees que fueron muchas cosas? —.

—Fue mi primer shopping como adulto independiente, déjame —se queja, al mismo tiempo le hace gracia—.

Pedimos un capuchino y un jugo verde. Ahora resulta que también se volvió vegetariana.

—En fin, ¿qué ha pasado en tu vida, Juan? Cuéntame todo —.

Entonces necesitamos 5 bebidas más para alcanzar a contarle tooodoo lo que pasado este tiempo.

Le hice un breve resumen de mi vida antes de los 14, cuando ella se fue. A partir de ahí, quedé pensando como decirle lo demás.

—El 2009 fue mi peor año honestamente, eres digna de decir que tu hermano se ganó un récord Guiness por su idiotez —.

—¿Y ahora qué hiciste? —dice, frotando el puente de su nariz—.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora