capítulo 22. los travestís atacan.

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Capítulo 22. Los travestís atacan.

Yo camine por el lugar dándole un buen vistazo, las paredes eran rojas y el piso de madera oscura, había una gran cama redonda de agua y un espejo en el techo, mas allá, se encontraba un mini bar y la puerta del baño, bueno, era un bonito lugar para ser un motel.

—Eres una genio —sonrió Steph al ver el baño —hay una bañera incluso.

Pues bueno, que lo disfrutara ahora, porque luego, luego lo lamentaría tanto que preferiría la disección de testículos a lo que venía. Y no, yo no iba matarlo si eso es lo que algunas pensaron, aunque créanme que lo pensé. Pero no era tan sádica.

—olvide mi cartera en el auto —le dije a Steph.

— ¿y para que quieres tu cartera? Estamos los dos aquí.

—tengo allí los condones.

—Oh —yo lo mire sonreír, él creía que yo estaría allí para él, pues que se joda, porque eso no iba a ser así.

Camine hasta la puerta y antes de marcharme, voltee para mirarlo.

—Cuando venga, te quiero en esa cama, sin nada más que tu bóxer —Steph sonrio arrogantemente y empezó a desvestirse cuando yo ya había salido.

"el ratón está en la jaula"

Le mande a Megan y Leila, ellas respondieron mandándome el número de su habitación y lo que faltaba era que los gatos llegaran para que lo devoraran. Resulto ser que el cuarto estaba al lado de la habitación donde estábamos, por lo que cuando entre, era la misma copia del otro cuarto, Leila tenía un computador y estaba manejando algunas cosas en él, Megan fue la que me abrió.

—Las cámaras están encendidas —dijo Megan al verme y Leila asintió en eso.

—Aquí podemos ver a tu chico —dijo abriendo la ventana de un video, era Steph aun deshaciéndose de su ropa, yo me reí por verlo tan emocionado —Seth ya tiene los televisores sintonizados, cuando yo le dé la señal, él mandara la imagen a todo el colegio y luego, se enviara el video a toda la lista de sus contactos.

— ¿y el gato? —le pregunte a Megan, ella sonrio como si eso ya estuviera solucionado. Y así fue, porque Megan no tuvo que darme una respuesta. Pues aquello se vio en el video.

Leila presiono el botón presiono un botón que mandaba la señal a Seth y en la pantalla del computador, dos hombres vestidos de mujer se veían entrar en el cuarto de Steph, y la imagen de él, no pareció ser tan grata.

Steph se miraba confundido, estaba solamente usando un bóxer que para mí gracia, eran de spider man, él se acercó a los dos travestis que no demoraron en mirarlo con deseo, en el cuarto, las tres aguantábamos las risas, mientras que la voz de Steph inundo el audio.

— ¿Quiénes son ustedes? Lárguense —uno de ellos tenía una peluca rubia y los labios rojos, fue el que se acercó y toco su pecho.

—Así que tú eres nuestra prueba —dijo con voz melosa y femenina —tranquilo, nene, nos dijeron que esto era para que estuvieras seguro de tus gustos.

—Yo tengo muy bien definidos los míos —soltó el otro con una sonrisa, este llevaba una peluca castaña y una falda muy corta —y en este momento, tú me gustas.

Los lo rodeaban, y Leila manejaba las cámaras como si estuviéramos grabando una película, así que cambio una cámara para ver la cara de Steph, la cual era de puro terror. Él se zafo de los dos travestis.

—No, no —puso sus brazos como barrera entre ellos —se han equivocado, no me gustan los hombres.

—Vamos papi —le dijo el de peluca castaña —después de esto no te quedaran dudas.

Steph trago saliva, los dos travestis solo sonreían y lo miraban son seducción, uno empezó a tocarse los pezones del pecho y gemir hacia él, lo que provocó en Steph hacer una mueca de asco.

—nosotros te daremos una experiencia inolvidable, nene —la rubia fue la que acerco sus labios a él, a lo que Steph pareció chillar y correr al otro lado de la cama.

—te gusta jugar al gato y el ratón —dijo el castaño y sonrio maliciosamente — ¡es genial!

Steph estaba detrás de la cama, y ellos comenzaron a reírse y emboscarlo, él tenía una cara que parecía que se iba a poner a llorar, pero yo no pude evitar soltar una carcajada.

A ver si con eso quedaba traumatizado y no volvía a meterse con otra chica en lo que quedaba de la preparatoria. Y creo que más de huir de las chicas, lo haría de los chicos.

—déjenme por favor —le dijo él evitando ser tocado por ellos que lo perseguían —llamare a la policía, váyanse.

Ellos sonreían y lo miraban, comenzaban a guiñarle un ojo y luego a morderse su labio y mirarlo provocativamente.

—Oh nene —salto el castaño — ¡jugar a los policías! Eso nunca lo habíamos hecho.

El rubio comenzó a reír y asentir, así que Steph abandono todas sus ideas, y pareció explotar.

— ¡Váyanse!, no estoy jugando —su grito paralizo a los travestis —llamare a la policía, ¡no me gustan los hombres!

Los travestis se miraron entre sí, ellos asintieron y entonces Steph se calmó y se sentó en la cama poniendo sus manos en su cara, los dos hombres se acercaron a él y ya no tenían la misma pose seductora de antes, ahora eran en verdad dos hombres maleantes.

—No estamos jugando tampoco, niño —la voz del rubio era más gruesa, y Steph se retorció al oírla —ahora, como vemos que nos estás haciendo una bromita, te saldrá muy caro.

Mi cara también paso por el horror, esperaba que Megan no haya sacado estos tipos de algún barrio bajo, porque era darle un susto, no una golpiza.

Mire a Megan que me pidió calma, yo seguí entonces el trascurso del video donde el castaño amenazaba a Steph.

—Ya que te gusta mucho jugar —le sonrio con malicia —nos pagaras lo que nos prometieron.

Steph los miro, entonces se acercó a su billetera y antes de que sacara su dinero, ellos se la arrebataron mirando adentro.

—Creo que esto bastara —dijo sacando todo su dinero de allí, y tirando la billetera al suelo. Steph se quedó sentado en la cama mirándolos aun con susto y ellos le dieron entonces una sonrisa.

—Cuando te decidas —dijo con voz melosa otra vez el rubio —nos llamas.

El castaño se acercó y le planto un beso en la mejilla soltando una carcajada.

—Adiós, nene —los dos desaparecieron de la habitación y Steph pareció respirar. Entonces la señal se fue y se apagaron las cámaras.

Megan, Leila y yo rompimos en carcajadas, esperamos un rato a que Steph saliera sin vernos mientras Leila guardaba todo.

Esto había sido estupendo, lo más increíble que había hecho, y Steph se lo merecía, me había engañado más veces de las que podía contar, y ahora se llevaba una buena, no quería ni verlo mañana, y tampoco esperaba ver cómo había sucedido todo en el colegio.

Ahora estaba destruido, todo el colegio debía estar viendo el video en este momento y no habría santo que lo salvara ahora.

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capitulo corto, pero les quería traer rápido la continuación del anterior.

nos vemos pronto. bss

Imposible quererte, profesor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora