capítulo 35. lo sabe todo.

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Capítulo 35. Lo sabe todo.

— ¿Qué es? —Volví a preguntar, mire mi reloj por segunda vez y suspire —ya ha pasado el tiempo.

— ¿Por qué tarda tanto? —me pregunto Leila, quien también se estaba mordiendo las uñas de la desesperación. Yo negué con mi cabeza y mire la puerta otra vez.

Estábamos en mi cuarto, Leila sentada en mi cama y yo en el sillón al lado de la puerta del baño esperando a que la segunda prueba diera su predicción. Le habíamos contado a Leila de camino el susto de Megan, que esperaba que eso fuera, solo un susto.

La primera prueba la habíamos hecho ya hacia media hora, pero no la habíamos mirado, Megan las había sacado sin voltear, miraríamos las dos al mismo tiempo, que fuera por suerte.

La puerta se abrió y Megan salió de allí, ella peor que nosotras, tenía la prueba en su mano y la coloco sobre una toalla junto a la otra. Aun volteadas.

—Es el momento —le dije, ella asintió y Leila le brindo una sonrisa, las tres nos paramos mirando las tres pruebas.

El tiempo se hacía más lento y podíamos sentir la tensión en el aire, nos mirábamos entre nosotras y al mismo tiempo, la atención recaía en Megan, quien era la que las voltearía, ella estiro su mano para hacerlo, pero en medio camino se quedó y cerro sus ojos, yo puse mi mano en su hombro y lo apreté.

—Tu puedes —la anime, ella me miro e hizo una sonrisa apagada.

Su mano termino por cerrar el espacio, y la primera prueba estaba libre. Las dos la miramos, el aire salió de nuestros pulmones y tensión se dispersó.

Leila sonrio, y Megan se puso sus manos en su cara. Yo solo la abrace.

—Es negativa —le dije, ella asintió y todo parecía mejorar, era un susto, por suerte no paso a mayores.

—ves, te dijimos que no sería nada grave —menciono Leila, —la otra también debe ser negativa.

Las tres asentimos, Leila volteo la prueba mostrándola.

—Lo ves, es ne... —se quedó callada, todas las miramos y luego la prueba. Yo entrecerré mis ojos, no podía creer lo que veíamos.

Mire a Megan, ella solo estaba realmente pálida, sentía que en cualquier momento ella se podía caer.

¡Era positiva!

Que mierda, ¿Cómo diablos eso era positivo? Lleve mis manos a la cara y di un paso atrás, esto no era posible.

—esto no es normal. ¿Cierto? —Dije mirándolas a ambas —digo, esta prueba debe estar mal —señale la última y ellas solo se quedaron calladas.

—Estoy más confundida que antes —negó Megan, y se echó al suelo con desesperación —y si me hice mal la primera, y estoy embarazada.

—No, —negué con mi cabeza poniéndome a su altura —esto es como las matemáticas, ¿no? Más por menos es menos. ¿No es así Leila?

La mire, eso decían las matemáticas. Esperaba que así fuera, Leila me miro sin decir nada, pero con su cara, bastaba para decirlo todo.

Claro que no, era imbécil... ¿Por qué John me recordaba esto? No lo sé, pero ahora, no quería pensar en él, sabía que algo había cambiado y que su mirada esta mañana en la cancha después de besar a Edwin, era de puro lamento.

¿Por qué? Pues eso mismo quería saber yo, yo no quería hacerle daño, solo que él creyera que al verme besando a Edwin pensara que estaba interesada en su amigo, no en él. Pero esa mirada, todo aquello me había hecho sentir como una total mierda.

Imposible quererte, profesor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora