capitulo 34. el hombre incorrecto.
Estaba increíblemente nerviosa, podía sentir el sudor que caía por mi espina dorsal y la palpitación de mi corazón, incluso mi olfato se agudizaba y era sensible a cualquier fragancia, eran los nervios, los nervios previos al final.
Me sentía como una completa mierda y ni siquiera había tenido el valor para enfrentarme a John, corrí hacia los baños.
¡Ella lo sabía todo!
Estaba acabada, y realmente, quería saber por qué me preocupaba tanto, una expulsión, la perdida de una apuesta y un hermoso carro, y hasta la reputación de perra que tendría, tal vez eran las cosas más lógicas que pensaras a lo que le temía si se sabía todo lo de John.
Pero no, realmente era lo que menos me preocupaba. La mirada de desilusión de John, su desprecio y odio, nunca volver a verlo y todo lo que rodeaba a John, era lo que más me causaba daño. Pero... ¿Por qué?
No quería decir la respuesta, aunque ya la sabía.
—Soy tan tonta —murmure para mí misma, y luego le di una patada al basurero, por suerte no había nadie dentro de los baños.
Trate de pensar en lo que iba hacer, no podía dejar que Lena dijera algo, ¿Cómo callarla? La verdad es que en ese momento, estaba tan enojada conmigo misma y con Lena, que las maneras de hacerlo eran nada bonitas, necesitarían bolsas y guantes y tal vez, terminarían conmigo en una cárcel.
¿Qué hacer?
Era algo que se repetía en mi mente una y otra vez, entonces, pensando mal al respecto de estar sola en el baño, escuche unos llantos provenientes de él. Me quede tensa al escucharlos, y preocupaba por el sonido de ellos.
— ¿Cómo lo hiciste, tonta? —escuche decir, me quede catatónica al oír esa voz y comencé a caminar lentamente hacia el bloque del baño.
Esto era tan extraño, era una mala idea todo desde un principio, y era increíble que quien estaba detrás de ese puerta, era la causante de todo.
— ¿Megan? —susurre tocando la puerta, de inmediato, los llantos pararon y todo quedo en completo silencio. —soy yo Aria, ¿estás bien?
Ella no contestaba, ¿estaba intentando acaso ocultarse? ¿De mí? Pero si yo era su amiga, algo estaba mal en la ecuación. Leila, la chica fría parecía estar enamorándose; Megan, la sonriente y de los planes, estaba llorando ahora mismo y yo, bueno, yo estaba enredada en una apuesta con mi profesor.
Las cosas no podían ir más raras.
—Aria —menciono, su voz era rota y seca — ¿Qué ha... haces aquí?
—Solo pasaba —mentí —y me encontré con una chica llorando, puedes creer lo extraño que resulta la vida.
—Demasiado —escuche decirle, entonces, un silencio nos invadió por unos cuantos segundos, quería que ella me dijera lo que pasaba, lo que menos haría es acosarla en preguntas.
—Megan
— ¿si?
— ¿puedes abrir?
Espere un momento, creí que ella no lo haría, pero cuando el pestillo sonó, empuje suavemente la puerta, para encontrarme con una Megan completamente diferente, la chica maquillada y siempre refinada, con la ropa bien planchada y el cabello en su punto, esa chica no estaba, sus ojos rojos, su cabello babeado, su ropa arrugada y su rímel corrido. Ella lucía verdaderamente mal.
—Oh Megan —fruncí mi ceño, y me acerque hasta ella, dándole un abrazo —ya estoy contigo, sea lo que pase, no me iré.
—Gracias —susurro, pero su voz comenzó a quebrarse —no puedo más, Aria, ya no quiero seguir así.

ESTÁS LEYENDO
Imposible quererte, profesor I ©
RomanceY cuando nos miramos, algo en mí se prendió, sus ojos, estaban llenos de un oscuro deseo que pronto termino por asustarme. Era mi profesor y yo lo acababa de besar, era mi profesor, y tal vez las cosas hayan cambiado, porque esto, lo que habíamos se...