Capítulo 3

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¿AMISTAD?


Marinette


Fuimos a un Macdonald, pedimos unas hamburguesas súper ricas. Esperando llegara nuestro pedido a la mesa, Gabriel entró.

Enseguida señalé a papá la entrada del lugar.

-Tu amigo está aquí, mí tío postizo llegó -dije poniendo mis codillos sobre la mesa y apoyando mi cara sobre las palmas de mis manos.

Gabriel Agreste; era un señor alto de cara anticuada, ¡nah mentira!... no se veía con un rostro anticuado, sólo parecía serio pero al hablar con él era...

Similar a la personalidad de los nerds.

Mi padre miró y se saludaron los dos. Luego Gabriel me miró, sonriente.

-Hola, pequeña Mari -agarró mi cabeza. Me sentí gato acariciado-; ¿puedo acompañarlos? -preguntó antes de tomar asiento.

-Claro que sí Gabriel, no es necesario pedirlo -dijo mi padre recorriendo una silla para que él tomara asiento.

Gabriel se sentó y me miró, sacó de su abrigo una bolsa pequeña llena de bombones. No mentiría en decirte que los ojos se me abrieron al ver tal deleite.

-Hija mía, nunca olvido guardarte una bolsita de bombones que siempre guardo de mí fábrica.

Estiré las manos para recibir la bolsa como sí fuera una bolsa llena de monedas de oro. Al recibirlo, lo abracé contra mi pecho.

-¡No dirás nada a mí nana Daphne, verdad padre! ¡qué sea un secreto, ¿siiii?!...

Mi padre sonrió bajo ese bigote que parecía mostacho.

-Sólo no comas demasiado o te vas a quedar sin dientes y el ratón de los dientes no le gusta llevarse dientes con caries -respondió mi padre. Sonreí abiertamente. Mostrando mis sanos dientes, estaba chimuela pero los pequeños dientes que nacieron y algunos de leche, estaban sanos.

-Promesa -dije y abrí la bolsa para comer un bombón rosita.

Y sí, Gabriel me decía hija, pero yo lo veía como un tío postizo o, amigo.

Solía verme como a una hija, eso me decía y también decía que era como un segundo padre para mí, aunque yo lo veía más como un amigo o el tío.

Recuerdo que él visitaba la mansión Dupain cuando yo era muy pequeña, recuerdo poco y sólo sé que me gustaba usar una bufanda de plumas, papá dice que eso usaba al tener tres años, entonces mis recuerdos de él son a los tres años, aunque mi papá dijo que Gabriel comenzó a visitarnos cuando yo tenía sólo un año de edad. Entre recuerdos más lejanos, veo su cara borrosa y su figura alta pero en borrosidad y apenas memorable.

En cada visita él siempre me traía una bolsa de bombones y aprovechaba sus visitas para hacerme chequeos de salud, aunque a veces no eran tan necesarios porque después papá contrató a un médico de familia.

Después a los cuatro años o cinco, no recuerdo exactamente, llegó mi nana Daph, una mujer increíble que llegué a ver cómo una mamá.

Ella fue en serio como una madre, me vi obligada a comer alimentos no de mi agrado, no era fanática de verduras y frutas, prefería comer frituras o galletas y eso era prohibido para mí, bueno no tan prohibido pero ella era muy estricta en cuanto a mis alimentos.

Al principio papá confesó que tenía miedo por qué llegará a enfermar o algo así, pues le habían dicho a mi madre en anteriores embarazos abortados, los bebés no se iban a lograr y sí lo hacían, nacerían deformes o enfermizos.

JUEGO DEL MONSTRUO (en proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora