Entré y cerré la puerta, de nuevo el aire caliente nos encerró.
No era la chica más pura de pensamiento, pero lo acababa de conocer y me avergonzaba escuchar esas cosas.
Pude sentirme ilusa, pero también era cierto que también quería divertirme con alguien del género opuesto, pues siempre salía a otros sitios con Chloé, excepto con Susan... ella ahora estaba en la manada de los cazadores, haciendo su trabajo. Y con Luka, era imposible sí quería sacar de raíz cualquier sentimiento hacía él ligado con un amor de no amistad.
Llegamos al primer piso, no sabía qué hora era, podrían ser las diez o las nueve y ya no tenía quién pudiera decirme algo, al menos, Daphne se quedó en Francia.
Adrien dijo que lo esperará ahí, él iría a vestirse, había dejado su ropa normal en una mochila.
Me quedé cerca de la barra y eché un vistazo a las personas, buscando a la mujer zombie que no encontraba en ningún lado. Esa mujer fue tan extraña, la forma repentina y cómo mintió acerca de mí, volví la mirada donde había estado sentada bebiendo mi margarita y me sorprendió haber encontrado ahí la chaqueta, era una cosa rara. Negué con la cabeza cualquier idea y agarré la chaqueta, me la puse y acomodé mi cabello.
Aproveché que Adrien aún no llegaba y me di un vistazo en el pequeño espejo, saqué un labial y me pinté los labios de un color vino rojo, la sangre falsa seguía pintada en una línea delgada en la comisura de mi boca haciendo una línea recta vertical al mentón. Guardé el espejo y el labial cuando miré a Adrien acercarse, con todo dentro de la cartera, la colgué en mi hombro.
Adrien dejó su ropa de mesero por un vestuario por completo en negro, lo hacía ver sexy, ese maquillaje de calavera era un plus.
—No te desmaquilles, por favor —no detuve las palabras, tenía que hacerlo saber.
—Es Halloween, no lo haré —respondió con una leve sonrisa—. ¿Nos vamos?
—A dónde usted quiera, mi estimado caballero —dije con una sonrisa y lo agarré del brazo.
Los dos salimos de la discoteca, dejando todo ese ruido, el ambiente de luces de colores para hacer contacto con la oscuridad de la noche y las calles no tan vacías. Era Halloween, la mayor parte de la población no iba a dormir temprano esa noche. Era una noche de desvelo, donde pareciera el amanecer no existe.
Miré un poco asombrada la motocicleta de Adrien, hasta ese momento me di cuenta que traía un par de guantes negros. Agarró un casco y me lo entregó.
—¿Y tú? —pregunté, pues sólo tenía un casco.
—Tengo qué cuidarte, no será que tu amiga se transforme en ogro sí se entera que no lo hice —respondió con una sonrisa, juro que por ese momento, las luces de los postes se reflejaron en su oscura mirada. Sonreí.
—Pero maneja con cuidado —dije colocando me el casco.
Él sonrió y subió a la moto, siendo sincera era la primera vez que montaría una motocicleta con alguien.
Suerte tenía en qué mi vestido fuera suelto y no apretado, de lo contrario no hubiera podido subir, también traía un short pequeño.
—Disculpe poner mis manos en su cintura, joven —hablé en el momento que mis manos lo tomaron de ahí.
—No creo que siempre seas la señorita de buenos modales, ¿oh sí?
—Eso sólo puede responderlo mis amigos —oh mejor dicho, sólo Chloé y Susan.
—¿A dónde vamos? —preguntó.
—¿A las estrellas?
—¿A conocer el infinito universo?
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JUEGO DEL MONSTRUO (en proceso)
FanfictionMarinette Dupain-Cheng, siendo una niña de nueve años de edad, se ve obligada a asisitir a las primeras pruebas que se hacen todos los años en Agosto, en París, Francia. No sólo ella, todos los niños son obligados a asistir, sin importar sus respect...