Capítulo 24

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Mírala bien †


NARRADOR OMNISCIENTE

La mujer de larga cabellera castaña lacia, disfrazada de diabla. Sonrió mirando a Marinette sentarse, haciendo gestos de dolor.

Se escucharon pasos detrás de Marinette, Lila echó un vistazo, encontrando al joven rubio. Alzó las cejas en asombro de verlo.

Sabía que Adrien era un monstruo, pero eso no le quitaba el privilegio de ser observado por ella.

Ese maquillaje de calavera esa ropa, gritaba en el muchacho un aire de peligro. Rápido apartó la mirada cuando la oscura mirada del chico se dirigió a ella.

Él podía odiarla en ese momento por sus actos con Marinette, pero después eso pasaría a segundo plano, porque Lila, se decía así misma, no era mala.

-No tan fácil -habló la mujer zombie , la de lentes rotos de nombre Alya. Miró al rubio que se inclinó para ver a Marinette.

Par de tórtolos.

Levantó el bastón de béisbol en el aire con ambas mano y después dió un fuerte golpe directamente a la nuca de Adrien, él cayó de inmediato cerca de Marinette.

-¡Adrien! -gritó la joven aterrada.

-Par de monstruos -dijo con expresión fría Alya, después de haber golpeado a Adrien.

Marinette se puso de pie, miró a Alya.

-¡¿Qué has hecho?! -gritó, se acercó para golpearle la cara pero fue detenida por Lila, quien le dio un puñetazo en la cara, desequilibrando a Marinette, retrocedió con pasos torpes.

-Únete al sueño del monstruo -dijo Lila, tomando ella el bastón de béisbol que traía Alya.

Provocándole otro golpe. La chica cayó al suelo inconsciente.

Fueron tan fáciles.

Adrien al ser un monstruo, rápido recuperó la conciencia. Abrió los ojos y encontró a la muchacha en el suelo. Un horror se vió reflejado en sus ojos.

Gritó el nombre de Marinette, eso provocó que reuniera fuerzas, rápido se puso de pie y se acercó a la joven, se arrodilló a lado.

-Marinette... -con las manos temblorosas, le revisó el pulso, sonrió, ella estaba bien, ella aún seguía con vida. Miró a las dos mujeres-; ¿qué le han hecho?... sí quieren atrapar un monstruo, ése soy yo, no ella. Ella no lo es... no tiene nada qué ver.

-Eso veremos Adrián -dijo Lila, él miró sin entender.

-No. A ella no le hagan nada -dijo cada palabra molesto, con un nudo en la garganta. Sentía enojo tan sólo de pensarlo-; ¡ella no es ningún monstruo, soy yo!... ¡a mí es al que tienen que encerrar, no a ella!

Las mujeres se estaban acercando y Adrien se colocó frente al cuerpo de Marinette, como su escudo.

-No van a hacerle ningún daño.

-Ella ya te lo está haciendo Adrien y no quieres darte cuenta -habló un hombre.

-¿Qué? -Adrien miró a la parte oscura del callejón.

Miró a alguien, era un hombre acercándose.

Hombres extraños entraron al lugar y a la fuerza tomaron a Adrien. Alejándolo de la chica.

-¡No! -él gritó e intentó zafarse-; ¡no, sueltenme! ... ¡no van a dañar a Marinette!

-Adrien Agreste -dijo el mismo sujeto que estuvo en baile con una máscara de cuervo.

Era un tipo alto, como Adrien.

Com excepción, él se veía más elegante y formal que Adrien.

Era como el sofisticado a lado del que incitaba peligro con ese vestuario y maquillaje en la cara.

-Agreste... -lo mencionó con desprecio-. ¿Tan pronto ya eres un cursi?... ni siquiera la conoces... Marinette es una mujer desconocida para ti.

-¡No! -respondió en defensa el muchacho.

Mirando el color verde en los ojos de ese hombre, era un poco extraño, porque era como sí sus ojos fueran luz brillante que pudiera verse perfectamente en la oscuridad.

-¡No es así!... Marinette no es ninguna extraña...¿quién eres tú?... ¿cómo sabes mi nombre?...

-Ve más despacio con las preguntas.

Dicho eso por el desconocido hombre, los sujetos que tenían agarrado a Adrien, inyectaron algo en su brazo. Adrien apretó los dientes sintiendo el líquido correr dentro de sus venas, era caliente e incómodo.

-Mírala bien, Agreste, mira bien esa mujer... a la que tanto .... -dijo con lástima-;... estás confiando .... es alguien que no deberías.... debes saber bien esto; los monstruos no somos creados para amar... es la desgracia de un monstruo.... es la mala suerte que acompaña un monstruo.... no puedes enamorarte de nadie.... no puedes amar a una mujer.... tarde o temprano siempre un monstruo termina en el vacío de su soledad y... eso .... eres Agreste... un monstruo condenado a la soledad.... Marinette no será la excepción y sabés a lo qué me refiero.
-hizo una breve pausa-; ¿te gustó la francesa, no?... sí... puede ser terca, a veces amargada pero tal parece que como humano, también, no puedes evitar sentir... la m4ldita atracción en alguien más, pero lamento informarte que ella no es para ti Adrien.... ¿quieres saber qué la hace ser especial, por qué ella es diferente? -las siguientes palabras las susurró cerca de su oído.

NARRA ADRIEN:

Abrí más los ojos, las palabras dolieron como un cuchillo atravesado en el pecho, con la mirada en Marinette, mis ojos se llenaron de agua....

-Dale las gracias, o... 0di4 a tu padre por eso.... él .... siempre él.... qué terrible....

Mis ojos estaban ya llenos de agua, al parpadear las lágrimas se desplazaron por mis mejillas. Se llevaron a Marinette y yo seguí mirándola en un estado de confusión, no quería aceptar la idea que me dió el hombre, es que sonaba y parecía como esa vez que supe todo y me negaba...

-Mírala bien.... -dijo él-;... ella está aquí para eso.... quizá ya su trampa ha comenzado, ¿no?... y quizá por eso ya te has sentido atraído a ella... al menos dile qué te destruya cuando te f0ll3... así no sentirás demasiado el dolor....

Con las lágrimas miré a Marinette desaparecer con las personas que se la llevaron...

-No puedes crear una alianza con tu .... enemigo -susurró.

Marinette...
Marinette....
Fue igual a una apuñalada.

-Dame las gracias porque vas a olvidar esto.

JUEGO DEL MONSTRUO (en proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora