Capítulo 27

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Adrien:

-Eso... eso es lo que necesito escuchar, me aburre escuchar el buen comportamiento de niño bueno, el que trata de ahogar lo qué es... No escondas eso de ti... es hora de que el mundo lo sepa. Es hora de que todas las personas sepan que hay más cosas de las que ellos pueden ver... que no sólo hay lo que ven, que no todo puede ser pacífico. Qué ardan y todos se pudran como lo que son.

-No -negué-, ¡no estoy de acuerdo y no acepto eso!... hay personas buenas... y por ellos el mundo aún tiene esperanza...

Sentí que alguien con guantes me agarró de la mandíbula y me apretó los labios como sí fuera un pescado.

-Cansas y me aburres... pero siento que me darías una buena fortuna... nunca había pensando la opción de venderte como un pr0st1tûto...

Hice la cara a un lado y me incliné hacía atrás.

-No olvide que no soy normal... sí lo intenta...

-Me querrás m4tar y lo sé -dijo tranquilo-, y eso es lo que me evita hacerlo, de lo contrario, tú serías mi fuente de oro... -dicho eso, alguien o él mismo, me dió una fuerte golpiza a lado de mi cara que rápido sentí como algo líquido y caliente comenzó a salir de mis encías... corriendo por mis dientes y llenando mi boca de sangre-. Lleven lo a enjuagarse y cuídenlo. No olviden que no hay que confiarse...

Me levantaron sujetando me de los brazos y me hicieron caminar por no sé dónde, tampoco me dejaban limpiarme, lo que hice fui escupir para no tragarlo.

Escuché una puerta abrirse y choqué con algo duro por la zona de mis caderas. Me quitaron la venda que cubría mis ojos y me encontré conmigo mismo frente a ese espejo, miré una línea de sangre resbalando por la orilla de mi boca caminando hacía mi mentón.

No quería verme en un espejo.

Hice un gesto de 0d10 y dolor a mí reflejo.

¡Estaba pasando todo eso eso por ser un monstruo!

¡Y lo 0d1aba!

Miré detrás de mí en el espejo , los hombres vestidos de negro y sin mostrar la cara, estaban ahí atrás, sin salirse. Sus caras estaban cubiertas completamente de negro.

Me dejaron y dos hombres se quedaron cuidando en la puerta.

Abrí el grifo del lavamanos y escupí, me lavé las manos y luego las uní para que el agua cayera dentro y de esa forma poder enjuagar mi boca. Varias veces me enjuague los dientes y dejé de hacerlo hasta que el agua salió clara y no mezclada de sangre. Por último me eché agua en la cara y escuché pasos.
Lila.

Cerré la llave y volteé, para mí sorpresa no era ella, sino la científica Kagami.

-Estoy aquí y seré como tú enfermera -dejé de verla y agarré una toalla para secar mi rostro.

-Estoy imaginando qué tengo varias días aquí y que sí no apesto es porque alguien ha estado al cuidado de mi higiene... -dije terminando de secarme la cara.

-Sí, pero quién hace eso son otras enfermeras. No yo -me hizo a un lado la mano que tenía la toalla y me pidió abrir la boca, me iluminó con una pequeña linterna y luego asintió-. La sangre no fue de tus encías , tuviste un pequeño corte en el interior de las mejillas provocado por tus dientes al recibir el impacto, nada grave y ya no sangra... sólo no consumas cosas ácidas, agrias o picante, porque te va a doler...

-Eso significa qué después de no saber ni en qué día vivo, ¿voy a comer? -asintió.

-¿Te sientes mareado, hay dolor en el cuerpo?

JUEGO DEL MONSTRUO (en proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora