Capítulo 17

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¿nos hemos visto antes?

Marinette

Llegué a la discoteca de un estilo Kawaii; con luces de colores, manteniendo un aire de intriga, todos ahí usando sus disfraces.

Tiene dos pisos y la terraza fue el mejor lugar para poder platicar, pues allá dentro el alto volumen de la música no nos dejaba escuchar lo qué decíamos.

No quería venir a un sitio así pero Chloé insistió, diciendo que teníamos que festejar así el Halloween.

Primero fui a ver la casa de campo y después llegué aquí, porque Chloé me estaba esperando.

Desde la terraza hay una vista muy bonita, altos edificios, algunos de ellos con proyecciones de luces formando distintas figuras, igual a los edificios de Francia.

—La música es buena —comentó Chloé, apoyada en la barandilla.
A ella le gustó, era una banda de chicos, un grupo ruso, que no miento, no entendía ni un pepino su idioma pero la voz, bellísima.

—¿La música o los chicos? —pregunté y ella sonrió mirándome.

—Ambos —respondió y me hizo sonreír.

Había unas cuantas mesas y pocas personas sentadas, sobre todo grupos de amigos conversando aquí en la terraza. Yo y Chloé estábamos de pie apoyadas en ese barandal, mirando la vista. No todos los días se estaba en un lugar así.

Decidimos en tomar asiento en una de las mesas, acepté contenta, pues ya me estaba comenzando a molestar los tacones.

Chloé prefirió disfrazarse de la caperucita roja, yo de una vampira, pero Chloé dijo que parecía más una gótica que una vampira.

Sentadas en la mesa, Chloé agarró la carta de menú, podíamos acompañar las bebidas con algo de comida. También agarré la otra carta y comencé a leer las diferentes bebidas alcohólicas, luego los alimentos.
Estaba leyendo y ella interrumpió con su pregunta.

—¿Has visto quién no deja de mirarte? —levanté la mirada observando a Chloé.

—No —respondí. Bajé la mirada, continuando en terminar de leer el menú.

—Está detrás de ti, ah no, ahora ya ha pasado adelante —volvió a decir.
Esta vez dejé de leer y miré a Chloé, ella sonrió y me hizo señas con la mirada quién era esa persona. Miré a la dirección que ella me estaba dando, encontré a un mesero, estaba dejando un par de vasos llenos de cerveza a una pareja.

Tenía el traje de mesero, no estaba disfrazado pero sí tenía pintado el rostro, no podía ver bien sus facciones por ese maquillaje, tenía la cara de una calavera y el cabello peinado hacía atrás con gel, las sombras de la noche y la poca iluminación no me dejaba verlo bien.

Escuché a Chloé soltar una risita.

—Oh por Dios, se están mirando —mencionó alegre.

Dejé de verlo y volví a agarrar la carta. Chloé se emocionaba porque, como amiga, quería verme tener una pareja y así olvidar por siempre cualquier cosa que pudiera sentir en Luka.
Y como no tenía a nadie.... se estaba alegrando.

La escuché llamar al muchacho, él se acercó a nosotras. Chloé pidió por ambas; dos margaritas. Miré con discreción a el chico, de nuevo estaba mirándome. Después se fue.

Chloé volvió a reír emocionada, parecía como sí yo fuera su película romántica y al fin estuviera alegre por ver a sus personajes favoritos tener algo.

—¿Qué esperas?... ¡veee! ... anda —animó moviendo las manos—; pídele su número, no pierdes nada. Una aventura con alguien no le hace mal a nadie. Aprovecha tu juventud y tu soltería, Dupaing —la miré sin decir nada—; ¡veee!

JUEGO DEL MONSTRUO (en proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora