Capítulo 45

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Atenea

Luego de darle a Maximilian las explicaciones pertinentes e indicarle cómo debe prepararse para la cacería que está a punto de comenzar decido pasar a checar el estado de salud de mi fiel cómplice y compañero de aventuras, Patrick Pierce. Afortunadamente, según los doctores, sus heridas no fueron tan graves como en un inicio creí pero sí debe hacer reposo durante al menos dos semanas, tomar antibióticos para evitar cualquier infección bacteriana y cambiarse el vendaje cada seis horas. Cuidados bastante insignificantes si tenemos en cuenta que ya ha estado a punto de morir en múltiples momentos de su vida, en especial desde que trabaja conmigo. Sin embargo, que no haya sido algo de tanta gravedad no borra lo sucedido.

«Van a pagar por lo que hicieron.» De eso me voy a encargar yo personalmente.

Con la cabeza llena de pensamientos insanos e imaginando maneras de hacer sufrir a quienes osaron enfrentarme avanzo por la casa de seguridad hasta llegar a la habitación donde hace cuestión de una hora fue trasladado mi amigo tras la cirugía en la cual le extrajeron un par de balas del abdomen y hombro izquierdo respectivamente. Amelie sigue a su lado como cuando me fui veinte minutos atrás y siendo sincera me alegra verla ahí porque eso significa que realmente ama al amargado,que aún no despierta por los efectos de la anestesia, o que al menos se preocupa por su bienestar. Eso por ahora es más que suficiente para mí pero no quita el hecho de que la vaya a eliminar si hace algo que me disguste o lastime a Patrick.

Contemplo a mi jefe de seguridad acostado en la cama Fowler del cuarto médico y mientras lo hago me convenzo de que tengo que encontrar el modo de que todo este caos se disipe si quiero ser feliz.

―Amelie ―la llamo transcurridos unos minutos.

La pobre no pudo más y sucumbió al cansancio. Algo perfectamente comprensible después de lo acontecido en las últimas horas. Lamentablemente yo no puedo dormir, no hasta que recupere a mi hermana y me deshaga de cuanto traficante haya en esa maldita organización.

Pasan unos segundos y la azafata sigue dormida asi que repito su nombre una vez más sin obtener respuesta alguna. Mi telefono suena y sé perfectamente que es un aviso de que mis soldados están listos por lo cual me veo obligada a zarandear a la mujer buscando que finalmente despierte hasta que al fin lo hace. Abruptamente abre los ojos luciendo desorientada y me arrepiento de mi poca delicadeza pero tengo poco tiempo para perder.

―¿Atenea? ―Murmura con extrañeza al verme. ―¿Pasa algo? ¿Ya trajeron a la niña? ―Indaga dando un vistazo al monitor de los signos vitales del británico tras acomodarse en la butaca ubicada a un lado de la cama del herido.

Quisiera cuidarlo yo misma en lugar de delegarle a tarea a ella pero eso es algo imposible en estos momentos. La tarea de rescatar a Artemisa no voy a encargársela a nadie. Solo yo puedo estar al frente aunque tenga a Maximilian apoyándome. No puedo arriesgarme a que algo salga mal y perderla también.

―Tengo que estar fuera durante unos días Amelie. No sé cuándo pueda regresar pero es necesario que me vaya si quiero tener a mi hermana de regreso conmigo porque no puedo dejar a nadie más a cargo de eso para que todo salga bien. Espero que cuando vuelva Patrick se encuentre mejor. Llámame cuando se despierte, por favor, y si surge algún problema con sus heridas busca a los médicos en el ala de empleados ―hablo provocando que me mire con algo similar al temor así que en un acto de comprensión tomo su mano derecha y la aprieto suavemente transmitiéndole eso que sé que necesita. ―No te preocupes demasiado por lo que está pasando. Es solo un mal día pero ya verás que todo va a estar bien. Él va a recuperarse antes de lo que imaginas y yo te voy a traer a tu familia, lo prometo. También puedes estar tranquila, la seguridad de la casa no está comprometida aunque de igual manera voy a dejar a algunos de mis hombres custodiando las entradas para evitar cualquier problema ―aseguro y le entrego un móvil desechable que mira confundida.―Este es un móvil seguro para que si algo sucede no dudes en localizarme ―explico y asiente dando a entender que lo entendió todo. ―Bueno, dicho esto solo me queda que quedas en tu casa. Cualquier cosa que quieras pidesela a Juana, mi ama de llaves, ella te atenderá con gusto ―añado a modo de despedida.

Peligrosa Atracción [Próximamente en físico y ebook]#PGP2024 #POFG2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora