CAPÍTULO 23.
DÍA DE LA BODA.
—Y así quedaría su peinado, señorita Brown.
El peinado era simplemente impresionante, realzando la belleza natural de mi cabello oscuro con un toque de elegancia y sofisticación. Los bucles suaves al final de cada mechón añadían un aire romántico, mientras que las flores artificiales agregaban un toque de frescura y feminidad.
Las extensiones hicieron que mi cabello pareciera más largo y exuberante, completando el look con un toque de glamour adicional. Estaba lista para deslumbrar en el gran evento que se avecinaba.
Envuelta en mi bata de seda, donde se entrelazaban las iniciales de mi nombre con las de Nathan en un bordado meticuloso, me dirigí con determinación hacia mi vestido de novia. En un abrir y cerrar de ojos, estaba lista para dar el paso hacia el altar.
Sin embargo, el curso tranquilo de la mañana se vio interrumpido por la voz de una de las chicas que me asistían con los preparativos.
—Señorita Brown, tiene visitas—anunció.
No esperaba a nadie, ni siquiera estaba segura de si mi familia asistiría.
Un suspiro de frustración escapó de mis labios al ver a Luke entrar elegantemente vestido, con un ramo de flores en la mano. A pesar de mi irritación, no pude evitar notar lo impecable que lucía, con su traje a medida resaltando su figura. Su intento de cultivar una barba sombreada no pasó desapercibido.
Nuestros ojos se encontraron, y pude percibir cierta timidez en su mirada.
—No te invité a la boda—exclamé, reuniendo las faldas de mi vestido para avanzar hacia él—No es por resentimiento, sino porque me distraes, idiota.
—No quería faltar a la boda de mi amiga—dijo en su defensa—Carajo, te ves hermosa, Evangeline. —añadió, inspeccionándome de arriba abajo con admiración.
—Deberías irte, Luke—insisto, tomando el ramo de flores—. Esto se queda conmigo.Me mira un momento como si quisiera decirme algo hasta que finalmente lo suelta:
—Me quedé pensando en lo que me dijiste.
Trago saliva. Este no es el momento, no puedo permitirme involucrar mi corazón. No esta vez.
—¿En qué exactamente? —pregunto, intentando mantener la compostura.
—No pensé que estabas tan profundamente enamorada de mí.
—¿Y qué tiene de malo amar? No voy a molestarte si le tienes miedo a eso —le aseguro—. No voy a perseguirte ni mucho menos acosarte. Voy a amarte en silencio, como lo he hecho durante todo este tiempo.
—Perdóname por no poder corresponderte —repitió Luke con sinceridad.—Perdóname a mí por amarte de la forma en que lo hago —respondí, con un nudo en la garganta.
No pude resistir la urgencia de estirar los brazos y rodearlos en su cuello, abrazándolo con fuerza. Me permití cerrar los ojos, respirar profundamente y tratar de contener las ganas de llorar. No quería que mi vida terminara así. Yo quería una vida con él.
—No descartes la idea de que sea tu amante en algún futuro —bromeó Luke, y me separé de su cuerpo después de darle un manotazo en el hombro, riendo.
—Estoy segura de que serás un buen amante en el futuro, Luke —le sonreí.
***
Mi padre se acercó a donde yo estaba, con la mirada fija en las altas puertas de madera oscura y antigua que me separaban de mi destino. No me había dado cuenta de que estaba estrujando el ramo entre mis manos hasta que él me dio un ligero golpecito en los dedos.
ESTÁS LEYENDO
En las sabanas de un Telesco
Genç KurguEvangeline Brown se ve obligada junto a su familia vivir en un pueblo enfermo en donde la belleza es un arma mortal, hombres pagan por tu virginidad y en donde deberas casarte a los diecinueve años o estaras condenada a muerte si no lo haces. Depend...