Epílogo

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— epilogue —

📍GOTHAM
Atenea Maximoff






APRETÉ LA CORREA DE LA MOCHILA MIRANDO EL edificio frente a mí con cautela imaginando el resto de mis días en esta ciudad, convirtiéndome en una vigilante más escondida entre medio de tanta gente.
La idea de no poder contar con Gar o Dick me duele, pero decidí dejar atrás la vida de Titan tanto como pueda, eso no quiere decir que deje de ver a mi amigo.
Las cosas no terminaron tan bien con Dick, y por más que yo haya dicho que lo perdonaba, era un contexto en el que él estaba por morir. Pero pensándolo bien en frío ahora, no puedo verlo a la cara sin pensar el momento en el que yo estaba tirada en el suelo sufriendo mientras él me miraba desde el otro lado. ¿Lo voy a perdonar? Claro que sí, pero no en este momento, no me siento capaz.

Un toque en mi espalda baja me asustó causando que volteara de repente, encontrando sus ojos verdes mirándome con atención.

—¿Segura que estás bien con que nos quedemos aquí? Puedo conseguir algo mejor... —Jason ladeó la cabeza, dudoso.

—Está bien —negué con una pequeña sonrisa, dando un paso hacia el frente para comenzar a adentrarme en el edificio.

No le presté atención al aspecto casi abandonado del edificio, quizá puede ser el hecho de que prácticamente lo sea... siendo sincera no me importa, he estado en lugares peores, no me voy a quejar de esto, mucho menos si tenemos un departamento intacto para nosotros.
Dejé que Jason me guiara a través de los pasillos, apartamento no es tan distinto a la fachada del lugar.
Apreté los labios tomando una respiración, analizando por completo el lugar; una sala lo suficientemente grande para poder practicar y entrenar, junto a ella una heladera y más al fondo hay una habitación junto a un baño además de la cocina.

Caminé en dirección a la habitación abriendo la puerta despacio escuchando los pasos detrás mío, notando la cama de dos plazas ubicada junto a la pared. Dejé mi mochila sobre la misma y admiré el vacío cuarto, ya prácticamente visualizando la manera en la que voy a decorarlo.

—Hey, si te sientes incómoda puedo dormir en el sofá —Jason murmuró, incómodo.

—¿Qué? —fruncí el entrecejo confundida—. No, no hace falta. Quiero decir, ya hemos dormido juntos. Salvo que tú te sientas incómodo, yo no tengo problema.

—No, no —negó rápidamente, dejando sus cosas al lado de las mías.

Asentí antes de ir hacia la cocina, pasando el dedo por la mesada llena de polvo, se ve que vamos a tener que limpiar un poco todo si no queremos ahogarnos por la suciedad.
Me quité la sudadera verde que nunca le devolví a Gar dejándola sobre una de las sillas, aún puedo sentir su perfume y de alguna forma me tranquiliza.
Bajé la mirada por un brillo que llamó mi atención, siendo un rayo de sol que impactó directo con el anillo en mi dedo medio y generó un destello que pegó con la ventana de la cocina.
Acaricié apenas el centro del anillo extrañando un poco al trío caótico, supongo que algún día los llamaré fingiendo morir a ver si con eso me visitan.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera noté la presencia de Jason en la puerta, se ve que había llegando unos cuantos minutos después que yo.
Volteé al escucharlo carraspear, viéndolo rascarse la nuca con incomodidad.

—¿Puedo hablar contigo? —murmuró tímidamente.

Asentí en silencio mientras él se acerca unos pasos, los suficientes para quedar frente a mí a una distancia considerable.
Me tomé el tiempo de mirar sus facciones; sus ojeras ya no están, sus ojos verdes brillan más de lo normal a pesar de la expresión cansada, su cabello volvió a su estado natural; rizado, sus labios gruesos levemente agrietados por el frío y la mandíbula marcada a causa de la tensión por los repentinos nervios que invadieron su cuerpo.
Las heridas recientes que tuvo en la pelea de hace unos días todavía están vigentes en su rostro; la cortadura del labio, algún que otro moretón y los pequeños puntos en la ceja.
Sus hombros no están tensos como últimamente estaban, la postura relajada de su cuerpo no encajó con los nervios que emana.

𝙋𝙀𝘾𝘼𝘿𝙊 | Jason ToddDonde viven las historias. Descúbrelo ahora