EXTRA 3

189 16 1
                                    

EXTRA 3, segunda y última parte

EXTRA 3, segunda y última parte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~★~

NO REACCIONÉ CUANDO LOS BRAZOS DE MI AMIGO me rodearon con fuerza, tampoco cuando me sacó del edificio a paso rápido, mirando hacia todos lados con el fin de poder encontrar al maldito asesino que rondaba por el edificio.
Gar me guió hasta el auto con uno de sus brazos tomando mi cuerpo de forma protectora, pegándome contra él con tanta fuerza que temí romperme una costilla.
Antes de subir, levanté la mirada hacia la terraza.

Ahí está él.

Parado en la baranda de la terraza con el cuchillo reposando entre sus dos manos entrelazadas, mirándonos a través de la máscara en completo silencio junto a la túnica negra que cubre su cuerpo, dando una vibra tan escalofriante y amenazante que no pude evitar asustarme aún más.

Gar me metió dentro del auto, yo no me atreví a decir una sola palabra de camino a la mansión, mi mente trabaja a mil por hora pensando por qué no fui una maldita víctima más ahí dentro, me podría haber matado si quería, pero me dejó ir.

¿Por qué?

No pude parar de temblar incluso cuando llegamos con los demás, no me calmé en los brazos de Gar ni con el recibimiento preocupado de Dick, mi objetivo fue uno solo; lanzarme a los brazos del único que sabe qué hacer para brindarme confort.
Jason me sostuvo contra su cuerpo con una desesperación agobiante, acunó mi cabeza sobre su pecho y presionó sus labios en mi cabello.
Murmuró palabras tranquilizadoras mientras mece nuestros cuerpos a un ritmo lento, acariciando el largo de mi espalda con cariño, eso fue suficiente para poder desplazar la horrible sensación provocada por el enmascarado. El tacto de Jason tiene más poder sobre mí que cualquier otra cosa.
Aunque, incluso poniendo mi completa atención en él, no puedo dejar de sentir la presión de aquella punta filosa en la base de mi columna.

—¿Qué mierda pasó allí? ¡¿Por qué no saliste cuando te dije que lo hicieras?! —Jason decidió que el momento tranquilo finalizaría, tomando mis hombros para alejarme y mirarme bien a los ojos. Sus iris verdes transmiten una ira casi tan igualada como la de una tormenta eléctrica.

—No me hizo nada —murmuré ronca, no me di cuenta de que se me había secado la garganta.

Dick me alcanzó un vaso de agua indicando que me siente en la silla del comedor principal, decidí hacerle caso con mi novio pegado a mi costado, y por la expresión que puso al escucharme, supe que no le gustó una mierda lo que acabo de decir.

—¿Y a mí qué mierda me importa que no te haya hecho nada? —soltó con brusquedad—. ¡Eso es incluso peor! Si no tuvo intención de atacarte es porque algo tiene planeado, recordemos que estamos tratando con un ¡enfermo psicópata!

𝙋𝙀𝘾𝘼𝘿𝙊 | Jason ToddDonde viven las historias. Descúbrelo ahora