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Chiara miraba incrédula a la pelirroja, la chica le gritaba pero ella apenas y podía escuchar murmullos por tener las ventanas del auto cerradas.

—¿Chiara? ¿pasó algo?—

—¿Estás bien?— sus amigas preguntaron por el fuerte ruido que habían escuchado —¿Necesitas que volvamos?— agregó Denna.

—Estoy bien— respondió, la chica seguía reclamandole —Solo tuve un pequeño accidente, pero ahora las alcanzo— ignoró por completo a la pelirroja y comenzó a avanzar, dando una leve curva para esquivar la bicicleta que aún seguía en el suelo.

—¡Hey!— Violeta caminaba a un lado del coche, golpeando levemente la ventana para que la castaña le prestara atención —¿Qué crees que haces? ¡Detenga el auto! ¡Debe pagarme!— el coche terminó de esquivar la bicicleta y fue aumentando la velocidad, al igual que Violeta —¡Deténgase! ¡Hey!— golpeaba más fuerte, pero la chica no se detuvo y dejaba atrás a Violeta.

La pelirroja frenó sus pasos y regresó corriendo por su bicicleta, la recogió rápidamente y se subió sobre él, pedaleando de inmediato, iba detrás del coche.

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—Chicas, ya salí— avisó Chiara más tranquila —Eso a sido una pesadilla, es un lugar horrible— hizo una mueca de desagrado.

—Solo fueron ocho minutos— Salma reía al ver su reloj.

—Sí, solo fueron ocho minutos y fue un completo asco, imagínate vivir en esa asquerosa calle con ese tipo de gente— bufó.

—Miraban mucho mi coche— comentó Denna.

—El mío también— Salma.

—¿Lo ven? Seguro ya estaban planeando robarnos, toda esa gente deben ser unos delincuentes— se relajó en su asiento —Pero ya pasó, ya no tengo que volver a esa calle.—

Violeta la seguía a unos metros.

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—Entonces, ¿está de acuerdo con nuestro trato?— el señor Oliver esperaba la respuesta de su socio, pero este estaba pensativo —Puedo darle un par de días para que lo piense.—

—No es necesario— se puso de pie, el señor Oliver imitó su acción —Le seré sincero, su oferta en muy tentadora, pero no quiero a mi hijo con una mujer como los es su hija Chiara.—

—No lo entiendo...¿qué es lo que no le gusta de mi hija? Es una buena chica.—

—Desde que usted me propuso la idea, mandé a que investiguen un poco sobre su hija, ya sabe, necesito la mejor opción para mi hijo. Y lo que dicen sobre ella, no le favorece en nada, la mayoría de los personales de distintas sucursales dicen haber recibido mal trato por parte de su hija, además de decir que es una chica malhumorada, egocéntrica, berrinchuda y sobre todo, una malcriada, definitivamente no quiero a alguien así para mi hijo, mucho menos para mí familia.—

—Pero...—

—¿Me va a negar lo que dicen de ella?— el señor Oliver se mantuvo callado por unos segundos y solo bajó la mirada al suelo, avergonzado —Me hubiera gustado que mi hijo se convierta en dueño de su empresa, pero quiero que sea feliz y que tenga una buena familia, y sé que su hija podría darle mas dolores de cabeza que una vida feliz— tomó su maletín —Lo siento, pero no acepto su trato, espero que esto no interfiera en nuestras empresas.—

—Sí... entiendo— respondió decaído —No se preocupe, esto queda fuera de los negocios.—

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Lovesick GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora