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Violeta esperaba nerviosa en el altar, respiraba profundo esperando la llegada de Chiara. Su madre y hermana la miraban orgullosas desde los primeros asientos, Tana no dejaba de grabar todo y Cris, como su acompañante, tomaba fotos como si fuera un profesional.

La música comenzó a sonar al rededor, dando comienzo a la marcha nupcial de la novia y poniendo de pie a todos los invitados.

Violeta observaba expectante la entrada, cuando los pasos de Chiara se asomaron primero antes de aparecer por completo en compañía de Lana, que por supuesto, también estaba muy guapa.

Chiara levantó la mirada, yendo directo a dónde estaba Violeta, ella mantenía una sonrisa calmada, orgullosa, sus ojos brillaban admirandola, sus corazones palpitaban con más fuerza a cada paso que la castaña daba.

—¿Estás llorando?— preguntó Ruslana en un susurro, ella se encontraba detrás de Violeta, la pelirroja disimuló y desvió la mirada cuando Ruslana rió por lo bajo —Aw, a ver mírame— Ruslana no perdió tiempo en tomarle una fotografía rápida con todo y flash.

—¡Ruslana!— Denna la regañó en un susurro desde el otro extremo —¡Deja en paz a Violeta o yo misma te boto de la boda!— Ruslana guardó rápidamente su cámara y bajó la mirada.

—¿Por qué tengo que sostener a este animal?— preguntó Martin teniendo a la rata en sus manos —Hasta tiene mejor traje que yo— lo miraba cara a cara.

—Es la mascota de Chiara— respondió Ruslana —Cuídalo o será capaz de dejarte en bancarrota con todas las denuncias que te haría.—

Martin escuchó esto con temor y abrazó rápidamente al animal para que no se escape.

—Estas...—

—Lo sé— interrumpió Chiara a Violeta —Estoy bellísima, no hay duda— ambas rieron por su ego —Pero no más que tú...—

Violeta sonrió con cariño, era la primera vez que Chiara ponía a alguien por encima de su belleza, era algo que era casi imposible que la pelinegra hiciera.

Lana ofreció la mano de Chiara y Violeta la tomó con delicadeza.

—Me alegra mucho verlas tan felices, y ahora...— la mayor estaba más emociona que ellas mismas —Se van a casar, pensé que Chiara se quedaría soltera por siempre— ellas con el resto de invitados rieron —Les deseo lo mejor— mencionó antes de retirarse, Chiara le sonrió a lo lejos y le susurró un "gracias" por acompañarla.

Ambas se colocaron al centro y sostuvieron sus manos, esas sonrisas hablaban por si solas, eran la una para la otra y lo sabían.

La boda prosiguió como normalmente lo haría, las palabras del mayor explicaba sobre el amor, sobre los problemas que uno atravesaba y sobre temas de la vida, enseñanzas que podrían servirles para llevar su relación a muchos años, y sobre todo, hablaba de la comunicación, algo importante que muchas parejas no consideraban, pero era algo que Chiara y Violeta tenían y les había ayudado mucho.

El mayor seguía hablando cuando Martin aplaudió a la par de los invitados para comenzar con las palabras de las novias.

El pelinegro se mostró asustado cuando volvió las manos a los bolsillos y no halló al animal dentro.

—Oh no— murmuró aterrado —Dónde estás— buscaba desesperado con la mirada —Psss, Lady.—

—Shhh— Ruslana giró a verlo, no le dejaba escuchar las cursilerías que su amiga decía al micrófono. Pero volvió a verlo al ver su expresión de angustia —¿Pasa algo?— Martin tragó nervioso, parecía que iba a llorar, Ruslana buscó a la rata con la mirada y no lo vió —¿Dónde está Lady?— preguntó con los ceños fruncidos, Martin alzó los hombros preocupado —¡Martin!— todos giraron a verlos, incluso Violeta se había detenido en sus palabras.

Lovesick GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora