Lovesick Girls

25

Esa noche Chiara había decidido dormir en su propia cama, cosa que duró poco gracias a qué nuevamente los gatos comenzaron a pelear.

Juanjo durmió en uno de los sofás de Martin, era bastante incómodo para él estar en ese barrio y con ese chico que le caía demasiado pesado, simplemente es demasiado grosero.

Ruslana y Denna durmieron en el colchón, la pelirroja tenía dos mantas con las cuales se cubrieron, la rubia también estaba incómoda pero le gustaba estar entre los brazos de Ruslana.

Al amanecer, las cosas en casa de Hodar fueros las mismas, parecen que solo quisieron olvidar ese beso en la mejilla, hora se encontraban en una tienda de segunda mano, Violeta tenía que comprarle nueva ropa a Chiara, una que vaya de acuerdo a su barrio y que no llame tanta la atención de los ladrones.

Sí, tenía que verse pobre.

—¿Es necesario?— Chiara colgaba su brazos desanimada, se encontraba dentro del carrito de compras porque era algo que siempre quiso hacer y no pidió permiso, le valía las opiniones, Violeta no pudo hacer mucho para sacarla.

—Es muy necesario— tomó una sudadera negra y la puso por debajo del cuello de Chiara, para ver cómo le quedaba —Después de anoche, no quiero que nos vuelva a pasar— lo dejó dentro del carrito.

Violeta hizo que se probara cientos de ropas, el señor Oliver iba a pagar por todos los gastos, pero era más difícil si Chiara se negaba y lanzaba la ropa por sobre el vestidor.

Llegó el momento que solo salió con cara de pocos amigos y Violeta supo que era el correcto.

—Espera— la pelirroja tomó un sombrero y se colocó de inmediato —Perfecto, te queda bien.—

—Sí, como digas...—

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Salma miraba su celular, tenía planeado llamar a Violeta y a invitarla a almorzar, pero el pensar que podría traer a Chiara no le agradaba.

Suspiró y se recostó en su cama, pensativa, si no se atrevía a invitarla tendría que esperar más de tres meses para poder hacerlo, no podía esperar tanto tiempo.

Se levantó y tomando su chaqueta, tomó la decisión de acercarse a Violeta, la presencia de Chiara no le iba a arruinar los planes que tenía.

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—¿Ya te vas?— Juanjo se colocaba sus zapatos cuando escuchó la voz de Martin, giró para responder que no se meta en sus asuntos cuando regresó su mirada al frente al notar que el chico salía recién de la ducha y con una simple toalla en su cintura.

—Vístete— ordenó con el ceño fruncido —Esto es una falta de respeto.—

—¿Qué?— Martin preguntó dudoso —Oye, ¿Que te pasa? No tiene nada de malo, somos hombres— se cruzó de brazos.

—Solo hágalo— mencionó con enojo, sus mejillas se estaban poniendo rojas.

—Ay, ya— se retiraba —Que sensible.—

—Sí— mencionó Juanjo para si mismo —Es un irrespetuoso.—

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Ruslana seguía durmiendo con Denna a su lado cuando unos extraños ruidos que venían detrás de portón la despertaron.

Se estaba sentando cuando de pronto ella junto a Denna brincaron de susto cuando su puerta fue golpeada con fuerza con la intensión de abrirla.

Un segundo golpe vino y se levantaron asustadas para poder retroceder, el tercero vino y fue cuando la puerta golpeó la pared al ser abierta.

Agentes encubiertos entraron rápidamente y
Ruslana colocó a Denna detrás de ella, pero uno lo apuntó con el arma y otro se ocupó de separarla de la rubia.