29

2.6K 148 6
                                    

Al terminar la reunión y que todos escucharán las nuevas reglas que los nuevos dueños habían otorgado, el resto de pequeños inversionistas se retiraran.

—Señorita Denna— llamó Ruslana antes de que saliera, tanto ella como sus familiares giraron a ver a la pelirroja —Necesito hablar usted— miró a Juanjo y a sus padres —¿Podrían retirarse?—

Juanjo la miró con seriedad pero no tuvo de otra que seguir a sus padres, Denna se había quedado en la puerta, ni siquiera miraba a Ruslana.

Cuando las puertas se cerraron, la pelirroja dejó su dura actitud y se acercó a Denna, quería explicarse pero lo último que esperaba era que la rubia la recibiera con una fuerte bofetada que la hizo retroceder y cerrar los ojos.

—Eres una mentirosa— sus ojos estaban cristalinos —¿Por eso no querías que vaya a tu casa?— Ruslana sostenía su mejilla, miraba apenada a Denna —Comienzo a pensar porqué me aceptaste la cita cuando al inicio no querías nada conmigo.—

—No, Denna, estás entendiendo todo mal— había súplica en su mirada —Yo no te acepté por la empresa, fueron cosas que solo sucedieron, ni siquiera sabía que eras su hija, lo supe cuando conocí a Juanjo.—

—Le quitaste la empresa a mis padres— pronunció con rabia en voz.

—No— negó —La empresa ya se estaba yendo a la quiebra, ví la oportunidad de tenerlo y...— bajó la mirada —Después de unas semanas te conocí, y las cosas pasaron.—

—¿Por qué fingir ser mecánica y vivir en ese lugar? ¿Acaso era un experimento? ¿Fui tu experimento?—

—No— Ruslana se acercó a ella de inmediato, sujetó sus mejillas e hizo que la mirada, los ojos sollozos de Denna le hacían sentir culpable de alguna manera —No fuiste un experimento— negaba —En realidad me gustas Denna, me gustas demasiado— quitaba un mechón de cabello de su rostro —Fui a vivir allí porque no soportaba la vida que llevaba.—

—¿A qué te refieres?—

—Tú misma lo dijiste esa noche, cuando nos dimos nuestro primer beso, tener dinero no lo era todo. Muchas veces solo se me acercaban por interés, no tenía verdaderos amigos, en nuestros cumpleaños solo éramos mi primo y yo porque mi madre y sus padres estaban muy ocupados, cuando salía a la calle los fotógrafos no me dejaban en paz, apenas tenía quince años y ya era acosada y tenía que defenderme sola, ya no quería salir, aveces solo deseaba ser alguien
"normal"—

—¿Y eso te llevó a vivir allí?—

Ruslana asintió.

—Fue cuando mi primo cumplió los dieciocho, tuvo una idea, el taller de mi padre me pertenecía, me lo había dejado antes de morir pero mi madre me había prohibido acercarme, según ella... Mi padre solo daba verguenza y todo lo que había dejado, incluyendome.—

—¿Tu madre dejó que tomaras esa decisión?—

—Mi madre no dudó en darle mi custodia a mi primo— respondió —Para ella era mejor, él me llevó a vivir allí, consiguió una vieja casa cerca del taller, sus padres ya no mandaban en su decisión pero en parte lo apoyaban económicamente. Ambos abrimos el taller juntos y comenzamos a aprender, lo poco que sabíamos era gracias a mi padre y decidimos trabajar allí en su memoria.—

—¿Cómo es que volviste?— preguntó seriamente, le costaba creerle —Porque por lo que veo... Sigues teniendo mucho dinero.—

—Mi madre... Falleció hace ocho meses— respondió entristecida —Me pidió disculpas y me dejó todo lo que tenía, y como era apenas una adolescente cuando me había ido y entraba vestida muy diferente a lo que acostumbraba, los paparazzi no me reconocieron. Decidí siguiendo mi vida en aquel barrio pero también me encargaría de los negocios de mi madre... Denna— volvía a tomar sus mejillas —No quería mentirte, no le quité la empresa a tus padres y no te utilicé para llegar hasta aquí, lo que siento por tí es real, por favor creeme.—

Lovesick GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora