Lovesick Girls

Epilogo 2

Los amigos se encontraban en un campo libre dónde los niños podrían jugar, aunque no el pequeño Dani (hijo de Leire y Salma) él apenas y estaba aprendiendo a caminar pero le encantaba seguir a Jade mientras sostenía la mano de la pelinegra.

Jade no se quedaba atrás, corría siguiendo a Hugo en una guerra de nieve, el mayor tenía cuidado porque era más pequeña, pero ambos se divertían al escuchar la risa tan adorable de
Dani.

—¿Ustedes van a adoptar?— preguntó Denna a su hermano, todos los mayores estaban sentado en un círculo conversando, sostenían en sus manos una taza de chocolate caliente que Ruslana había traído.

—Después de la boda— Juanjo sostuvo la mano de Martin —Adoptaremos a tres— sonrieron.

—¡Tres!— pronunciaron todas juntas.

—¡Yo apenas puedo con una!— respondió Denna señalando sus ojeras y su cabello atado como sea.

—Pero si Ruslana se ve perfecta— señaló Martin.

La pelirroja estaba radiante, no se podía negar.

—¡Ella para todo el día en el taller! ¡Solo está cuando Jade no llora o no hace sus berrinches!— se quejó Denna.

—Tengo que llevar el dinero a casa, cariño— respondió Ruslana tomando de su chocolate.

Sus amigos evitaron reírse al ver la expresión de Denna, que escusa más tonta era para la rubia, sabiendo que ambas tenían mucho dinero que ninguna necesitaba trabajar.

—Vuelves a decir eso y te juro que...—

—Ya, cariño— Ruslana la atrajo en un abrazo —Estás muy estresada— apretó sus mejillas, De. a sentía que iba a explotar —Mira, para que te relajes un poquito, yo la cuida esta semana y tú sales a divertirte.—

—¿En serio?— sonrió ilusionada.

—Claro, amor, no creo que sea tanto problema en cuidar a mi hija, mírala— vieron a Jade jugar con la nieve —Es tan adorable.—

—Trato— respondió Denna de inmediato.

—Ma...— Jade se acercó sujetando su pequeño trasero.

—Oh, no— Denna la giró para que se dirigiera a Ruslana —Dile a tu mami, cariño.—

—¿Qué quiere mi niña?— la pelirroja se inclinó hacia ella.

—Cambio...— comentó en voz baja.

Denna sonrió con malicia al ver la expresión asustada de Ruslana cuando logró comprender.

—Cariño...—

—Oh no, no, no— Denna la interrumpió —Tú dijiste, ahora cámbiale— le dió la espalda.

Ruslana suspiró resignada y cargando a su hija, se la llevó junto a la pañalera directo al coche aparcado.

—¿Seguros que quieren tres hijos?— preguntó
Violeta al lado de Chiara —Es grandioso el amor que nos hacen sentir, pero también es una responsabilidad muy grande, tener hijos no es nada fácil.—

—Lo sabemos— respondió Juanjo —Pero tenemos todo lo necesario, tenemos amor, estabilidad económica, un gran hogar y sus estudios no serán problema.—

—Además, siempre hemos pensado en los que tienen hermanos— agregó Martin —Es mejor adoptarlos antes que sean separados, ¿No creen? Por eso decimos tres, por si son tres hermanos que lo necesitan.—

—¿Y si son cuatro?— preguntó Kiki.

—Los adoptamos igual— asintió Juanjo.

—¿Y si son cinco?— preguntó Salma recostada, su pequeño hijo le cubría el cuello con nieve y reía junto a Leire.