Capítulo 5: Tras el Velo del Dolor

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IAN MILLER

Bienvenidos a mi día de mierda. Y sí no podía empezar mejor la mañana que despertándome por escuchar un ruido en la cocina de una botella de vidrio. Decido levantarme de la cama para que las cosas no sean aún peor. Y ahí estaba él llegando borracho como de costumbre.

—Así que ahí estabas pequeño Hijo de puta.

—Papá, vamos a la cama por favor, son solo las cuatro y media de la mañana.

—Tienes toda la cara de tu madre, me das asco. —Y ahí me dio donde sabe que más duele. 

—Sabes, ella se marchó porque no podía soportarte jajajaja.

—No te atrevas a hablar de mi madre.

— No me contestes. Dice mi padre subiendo ahora un poco más el tono.

Yo simplemente agacho la mirada, no quiero empeorar las cosas.

—Como pensaba, y ahora recoge todo este estropicio que parece que vivimos en una pocilga.— Dice mientras tira la botella vacía de cerveza que tenía en su mano y llenando todo aun más de cristales.

Yo sin mirarlo comienzo a recoger la casa para prepararme e irme a la Universidad como de costumbre. Si tan solo pudiera reunir bastante dinero...Si tan solo no me gastara casi todo en él... Si no tuviera que ayudar a mi hermana... Pero no, no puedo dejarla sola, no con él.

Después de recoger toda la casa mientras mi padre negaba que estuviera lo suficientemente limpia, eran las 7:45 A.M, justo la hora en la que el bus solía pasar por la parada que estaba a una manzana de mi casa. Corrí como nunca lo había hecho y menos mal, conseguí llegar a lo justo aunque la puerta estaba cerrada.

—Ábrame por favor. Digo mientras muevo mi mano hacia un lado y hacia otro intentando que el chófer tenga un poco de piedad y me abra, porque sí no era la primera vez que me pasaba.

El chófer me hecha una mirada de mil demonios y abre la puerta. Definitivamente le caigo mal. 

 A la Universidad de ingeniería. Digo mientras paso mi tarjeta por la máquina para pagar el viaje.

—Como si no lo supiera ya, anda pasa de una maldita vez.

Me siento en la primera fila de sillones mientras al fondo se escuchan unas risitas del grupo de Xander, imbéciles.

El camino de bus se pasa rápido mientras escucho música, un poco de todo la verdad hoy ni si quiera tenía ganas de ponerme mi Playlist. Al bajarme del bus noto que me dan un empujón. Mala suerte para el que haya sido porque hoy no es que haya sido uno de mis mejores días. Al girarme veo a Xander con su sonrisa hipócrita que lo caracteriza.

—Xander, hoy no es el maldito día para tus estupideces. Respiro hondo y sigo caminando sin mirar atrás cuando me da otro empujón.

—Por cierto como está el señor Miller, he oído que van a cerrar la empresa de los gran Miller. Normal tu viejo solo sabe fundirse el dinero en droga y alcohol.

Ahí siento como se me hincha la vena, me giro y le doy un puñetazo con todas mis ganas. Aunque creo que no fue suficiente para partirle la boca y que la mantenga cerrada por un tiempo.

—Te vas arrepentir de esto Ian, exclama Xander con la mano en su boca mientras esta no para de sangrar , lo mismo si me he pasado un poco.

Todos sus amigos van a por Xander mientras yo me giro como si no hubiera pasado nada y me voy a clase.

Me siento como de costumbre en segunda fila dónde me guardan sitio Thomas y Harry. Los dos me miran la mano oliéndose lo que acaba de pasar. Yo simplemente asiento y me siento. Ellos me conocen y saben cuando no tengo ganas de hablar sobre algo.

Entre Sombras y Susurros de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora