Capítulo 17:Tensión en el ambiente

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El sol brillaba en lo alto del cielo, envolviendo el paisaje en una calidez reconfortante mientras nos relajábamos junto a la piscina en nuestro viaje de fin de semana. Las risas y los chapoteos llenaban el aire, creando una atmósfera de alegría y camaradería entre amigos.

Sumergida en el agua fresca, dejé que la sensación refrescante me envolviera, alejando temporalmente mis preocupaciones y permitiéndome disfrutar del momento presente. La chicas y yo nos reíamos y charlábamos animadamente, compartiendo anécdotas y bromeando sin parar.

Decidí salir un momento de la piscina para ir al baño y refrescarme un poco. Mientras caminaba por el camino de piedra, sentí una corriente de aire fresco acariciar mi piel, trayendo consigo el aroma del verano y el sonido suave de la brisa entre los árboles. Que bien le sientan a una unas vacaciones.

Al salir del baño, me encontré con Ian de pie cerca de la entrada, con su típica sonrisa pícara bailando en sus labios. Su mirada intensa me atrapó de inmediato, haciéndome sentir como si el tiempo se detuviera a nuestro alrededor.

—¿Qué haces aquí, Ian?—, pregunté, tratando de ocultar la emoción que burbujeaba en mi interior.

Él se encogió de hombros con una sonrisa juguetona. —Quería verte, más a solas...—, respondió, con un destello travieso en sus ojos.

Sentí un cosquilleo en el estómago ante su respuesta, preguntándome qué podría tener en mente este chico encantador. Me encontré perdida en su mirada, incapaz de apartar los ojos de los suyos mientras la tensión entre nosotros crecía con cada segundo que pasaba. —¿Y eso?—Pregunté con la poca voz que me salía, haciéndome la loca.

—Te ves increíble hoy, Emma—, dijo Ian de repente, rompiendo el silencio con sus palabras sinceras. —Ese bikini te queda perfecto, bueno y todo lo que te pongas—. ¿Qué se supone que respondo yo ante tan repentina declaración?.

Un rubor se extendió por mis mejillas ante su cumplido, sintiendo el calor de su mirada sobre mí. La tensión entre nosotros era palpable, cargada de anticipación y deseo reprimido que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.

Nos miramos intensamente, nuestros labios apenas separados por una distancia mínima. Podía sentir el pulso acelerado de mi corazón, latiendo en mis oídos mientras el deseo ardía dentro de mí con una intensidad abrumadora. Ian su mano en mi mejilla acariciándola lentamente al punto de hacerme cosquillas,  mientras me miraba tan intensamente. Mientras tanto yo le miraba a los ojos embobada. Nuestros rostros se acercaban lentamente.

Justo cuando estábamos a punto de ceder ante la atracción irresistible que nos unía, un grito repentino rompió el hechizo mágico que nos envolvía.

—¡Chicos, las pizzas ya están aquí! ¿Por qué tardaron tanto?—, gritó Sophie desde la terraza, interrumpiendo nuestro momento íntimo con su llamada.

Nos miramos con una mezcla de sorpresa y frustración, dándonos cuenta de lo cerca que habíamos estado de cruzar la línea entre la amistad y algo más. Nos apresuramos a reajustar nuestras ropas y a volver al grupo, tratando de disimular la tensión palpable que aún vibraba entre nosotros.

Nuestros amigos nos miraron con sonrisas cómplices y risitas sugerentes, insinuando que sabían exactamente lo que había estado a punto de suceder entre nosotros. Sin embargo, decidimos seguir adelante como si nada hubiera pasado, disfrutando de la compañía de nuestros amigos y dejando que el momento se desvaneciera en el pasado.

Aunque la tentación seguía presente, sabíamos que era mejor mantener nuestras emociones bajo control por el bien de nuestra amistad. Pero en el fondo de mi corazón, sabía que el deseo que ardía entre Ian y yo nunca desaparecería por completo, esperando pacientemente el momento adecuado para florecer en algo más profundo y significativo.

Entre Sombras y Susurros de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora