IAN MILLER
No puede ser otra vez no, igual no sé cómo cojones conseguía orientarse hasta la misma maldita oficina una y otra vez. No ve que solo nos da más problemas, joder no me parto los nudillos casi todos los días para nada. Y Mientras tanto, él solo da problemas. Para colmo, he tenido que dejarla a ella en el coche, maldita sea no quiero meterla en mis problemas. No quiero que se acerque a este tipo de vida ni de lejos...
Subí en el ascensor hasta la décima planta. Porque sí el maldito borracho también se acuerda de la planta.
— ¿Qué le has dado a mi padre esta vez? No os dejé claro que no le dierais más drogas.
— Oye chaval tranquilo en, piensa con quien estas hablando.
— Lo siento, vengo a recogerlo.
— La deuda después de hoy ha aumentado mil dólares más.
— ¿QUÉ? Ni que le hayas dado oro.
— Ha elegido una de las más caras. Miro con odio a mi padre quien se encontraba tirado en un sofá dormido. — Además serán mil quinientos más después de cómo le has dejado la cara a mi hijo, esos los quiero en una semana, no creas que voy a pasar por alto que un malnacido como tú le haga algo a mi hijo.
— ¿QUE HAS HECHO QUÉ?— Dice mi padre mientras se levanta de un salto, parece que lo que sea que ha tomado lo ha puesto a cien por hora. Ya le podría haber dado una pastillita para dormir o una tila aunque me hubiera cobrado lo mismo.
—Vámonos, tengo el coche abajo. — Digo, intentando sonar lo más tranquilo que puedo.
— Después hablamos — . Me dice mientras me da una cachetada. Al menos mantiene la compostura delante del padre de Xander, el señor Willson el cuál esta partiéndose de risa detrás del escritorio.
Yo simplemente asiento mientras me marcho, no sin antes lanzarle una mirada de odio al señor Willson, de tal palo da la astilla dicen.
El camino en el ascensor es bastante tranquilo, supongo que estará esperando al coche. Pero joder Emma está allí y yo... Decido llamarla pero recuerdo que no tengo conmigo mi móvil personal. No puedo dejar que ella vea nada.
—Papá... Esto...
— Espera, después hablamos.
— No, yo...—Carraspeo— Llevo una amiga en el coche... Por si podías esperar a casa.
— No sé quien querría estar contigo más vale que la alejes antes de que te conozca y lo haga ella cuando se de cuenta que no mereces la pena. Y haga como tu madre.— Me dice con odio. Y otra vez, y dale con eso, lo peor es que en el fondo lleva razón.
Llegamos al coche y abro nervioso, esperando su reacción. Sorprendentemente él entra con normalidad y se sienta en los sillones de atrás como una persona civilizada. Yo apago la música inmediatamente ya que sé que no le gusta.
— ¿Quién es esta preciosa señorita, eres amiga de mi hijo?.
— Buenas señor, soy Emma, Emma Walter. Encantada.
¿Qué está pasando aquí? ¿será otra manera de torturarme? En verdad agradezco que este actuando normal.
— Encantado yo también, pareces muy buena chica.
—¿Adónde te llevo Emma? — Digo intentando que la conversación no se vaya de las manos.
— La calle Grove.
—Ok. Pongo en marcha el coche y vamos hacia su calle. Hay un silencio incómodo en el coche.
— Podemos poner música, el silencio es muy incómodo.— Emma.
—No.— Digo quitando su mano inmediatamente de la radio.
—Hijo esta bien, no seas aguafiestas déjala poner música.
No, si resulta que voy a resultar yo el malo y todo. Y encima ahora al hijo de puta le gusta escuchar música.
—Ves, tienes que hacerle caso a tu padre de vez en cuando eh Ian. —Dice Emma . (Si tu supieras)
—Esta... Está bien. Emma pon lo que quieras
Sigo conduciendo con la mirada fija en la carretera agarrando fuertemente el volante, tanto que creo que los nudillos se me veían blancos. Y llegamos.
—Voy a acompañarte a la puerta, no puedo pasar con el coche hasta allí. Digo dejando el coche en doble fila y bajándome. —Esto... Papá espera ahí, ¿Vale?—Digo con temor a su reacción.
— Vale pero no te tardes mucho hijo. —Esto se siente jodidamente raro, parecemos, ¿ una familia funcional?, joder el capullo estaba disfrutándolo.
Me bajo con Emma y la acompaño hasta la puerta.
— Siento haberte hecho venir a por mi padre pero es que no veía otra manera...
— No te preocupes. Además tu padre me ha caído muy bien, parece muy amable. Seguro es un buen padre y es normal que no lo pudieras dejar solo después de dos o tres copas de más, le pasaría a cualquiera.
— Si es cierto... Buenas noches — Digo intentando sonreír lo máximo posible, si supiera lo que me espera...
Me da un beso en el cachete y yo giro un poco la cabeza, haciéndolo llegar hasta casi la comisura de mis labios. Ella se ríe. La verdad no sé porqué he reaccionado así, ni yo mismo me reconozco. ¿Qué pensaría el antiguo Ian? Yo creo que estaría muy decepcionado de no habérsela llevado a la cama y ya. ¿Qué me está haciendo cambiar tanto?.
—Buenas noches Ian que descanses, no vemos el lunes en la Uni. —Si supiera que lo mismo no me puedo ni ir.
— No lo dudes, adiós duerme bien. —Dije con mi mejor cara posible, me van a dar un día de estos un Óscar a la mejor actuación.
Espero a que se cierre la puerta para volver al coche. Y aunque dudaba, decido entrar en el coche.
— Hablamos en casa.—Me dice con su odioso tono. Ya estaba durando demasiado.
—Esto... Gracias por aguantar delante de Emma.
Él simplemente no contesta yo suelto una sonrisa nerviosa, agacho la cabeza y arranco dirección a casa. Durante el camino me sudaban las manos, el silencio era muy incómodo. Creo que esta vez va a ser muy duro, encima hoy ha habido pelea joder, me van a matar un día de estos.
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Entre Sombras y Susurros de Amor
RomanceEmma e Ian se sumergen en una historia llena de luces y sombras. Con su pasado sobre sus hombros. Ella ama con todo su ser, él no sabe qué es el amor. En un mundo donde las amistades y algo más se forjan en medio de desafíos y secretos, Emma e Ian s...