Capítulo 22: Entre la Espada y la Pared

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IAN MILLER


El sonido del despertador cortó el silencio de mi habitación, rompiendo bruscamente el tranquilo sueño que había logrado conciliar durante unas pocas horas. Me revolví en la cama, tratando de aferrarme a los últimos vestigios de descanso, pero finalmente cedí. Con un suspiro, me levanté y me vestí rápidamente, sintiendo el peso de la noche anterior aún sobre mis hombros. Y fui a recoger rápidamente a Katie quien se encontraba abajo como le indiqué ya que no podía perder más tiempo aunque me hubiera gustado pasar un poco más de tiempo con Emma  y mostrarle mi agradecimiento. Así le puse el casco de la moto a Katie y nos fuimos lo más rápido posible.Al llegar fui rápidamente a mi habitación a preparar todo lo que iba a necesitar, he hecho encargos peores pero había pasado ya mucho tiempo de ello y estaba bastante nervioso. Bajé las escaleras y me encontré con Katie, que estaba sentada en la cocina, leyendo una revista. Al verla, sentí que algo en mi interior se suavizaba, recordándome por qué estaba dispuesto a enfrentar cualquier cosa. Katie no era tan pequeña; con sus catorce años, ya empezaba a mostrar destellos de la joven mujer en la que se estaba convirtiendo. —¿Qué tal dormiste, Katie? —le pregunté, tratando de ocultar mi preocupación tras una sonrisa forzada.Katie levantó la vista, sus ojos brillando con una mezcla de inocencia y curiosidad adolescente. —Bien, supongo. Aunque extraño a Emma y a Kai —respondió un poco cortante, su tono dejando entrever la carga que también llevaba. Aunque no sabía porqué estaba tan molesta conmigo. ¡Oh no!, nunca llegue a comprarle el helado, ¿será eso?.Me mordí el labio inferior, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en la difícil conversación que tendría que tener con mi hermana más tarde. Me acerqué a ella y la abracé, prometiéndole que pronto volveríamos a ver a Emma y a Kai.Después, fui a preparar el desayuno, pero solo había unos pocos cereales y un poco de leche en la nevera junto a un montón de cerveza de nuestro padre. Así que me limité a preparar los cereales para Katie, excusándome con que había desayunado antes de recogerla, para dejarla más tranquila.—¿Otra vez no desayunaste? —Katie me miró con una mezcla de preocupación y reproche.—Estoy bien, en serio, ya te he dicho que he desayunado antes. Tú come tranquila —le dije, sonriendo para tranquilizarla.

—Esta bien.—Dijo no del todo satisfecha.

—Por cierto tengo que trabajar ahora, así que quédate en casa ¿vale?.

—Pero si no es fin de semana, últimamente estás todo el día fuera Ian.

—Te lo compensaré, ¿si?.—Dije con mi cara más convincente posible.

—Todos sabemos que es mentira.—Me dijo Katie con algo de rencor en sus palabras.

—Me tengo que ir, pero cuando vuelva prometo que iremos por helado, esta vez enserio.—Dije cuando Katie hizo como si no me estuviera escuchando, parecía realmente enfadada.

Me refresqué la cara y bebí un vaso de agua, preparándome mentalmente para el día que me esperaba. Sabía que tenía que cumplir las órdenes de Xander y su padre si quería proteger a mi hermana, pero la idea de involucrarme aún más en el mundo oscuro de la mafia me llenaba de temor y desesperación.Cuando llegó la hora de partir, me despedí de Katie con un beso en la frente y salí de casa, con el corazón lleno de determinación y miedo a partes iguales.Subí al coche donde me esperaban dos hombres musculosos, que serían mis compañeros en la tarea que me esperaba. El trayecto fue silencioso, cada uno sumido en sus propios pensamientos y temores.


Al llegar al lugar de entrega, sentí un escalofrío recorriéndome la espalda al ver la magnitud de lo que estaba a punto de hacer. Me obligué a mantener la compostura, recordando mi promesa de proteger a Katie a toda costa.Los hombres que me acompañaban abrieron el maletero del coche, revelando las armas cuidadosamente empaquetadas. Sabía que tenía que parecer tranquilo y seguro, aunque por dentro me sentía como si estuviera a punto de desmoronarme.

Entre Sombras y Susurros de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora