Entre Sombras y Susurros de Amor

Capítulo 21: El Precio del Abandono, La Historia de Xander

Xander Willson

El sonido sordo de mis puños golpeando el saco de boxeo resonaba en el gimnasio, ahogando cualquier pensamiento coherente que intentara abrirse paso en mi mente. Golpe tras golpe, me esforcé por mantener mi enfoque, por ahogar las dudas y el resentimiento que amenazaban con consumirme por completo. Había acabado de mandar a Ian a su casa donde se encontraba mi padre esperándolo.

Recordaba los días de mi infancia, cuando Ian y yo éramos inseparables. Éramos como hermanos, compartiendo sueños de grandeza y aventuras que parecían infinitas. Pero mientras Ian seguía los pasos de su padre, construyendo un imperio empresarial desde cimientos de oro, yo me encontraba atrapado en las sombras, luchando por mantenerme a flote en un mar de mentiras y engaños.

El club de peleas ilegales era solo una de las muchas empresas de mi padre, pero era la que más me atormentaba. Ver a hombres destrozarse unos a otros por dinero, por la promesa de una vida mejor, me recordaba constantemente la oscuridad en la que estábamos sumergidos. Por eso mi padre decidió dejarme a cargo del club, le gustaba ver mi mirada atormentada cuando iba allí con apenas diez años. Y cuando mi padre decidió que era hora de que Ian se uniera a las peleas, supe que el abismo que nos separaba se había vuelto demasiado grande como para superarlo.

Fue entonces cuando tomé una decisión que cambiaría nuestras vidas para siempre. Fue justo tras el quiebre de los Miller cuando a mi padre ya no le interesaba que yo siguiera siendo su amigo. Pero por lo visto en el instituto, nadie pensaba igual. Todos se apiadaban de Ian por la mala situación laboral de su familia e Ian comenzó a ser mucho más popular. Estaba harto de vivir a la sombra de Ian, de sentirme abandonado mientras él acaparaba toda la atención. Sabía que no podía seguir permitiendo que todo girara en torno a él. Así que decidí hacerle la vida imposible a Ian, sembrando conflictos en la escuela y difundiendo rumores para aislarlo del resto de sus amigos. Aunque me pesaba traicionar a mi mejor amigo, el resentimiento y la amargura junto a los constantes comentarios negativos sobre su familia por parte de mi padre me impulsaron a seguir adelante. Quería que Ian sintiera lo que era ser dejado de lado, como yo me había sentido tantas veces. Y a medida que pasaba el tiempo, ese resentimiento crecía dentro de mí, alimentado por la sensación de que Ian nunca había hecho lo mismo por mí cuando más lo necesitaba.

Pero por más que me esforzaba por mantener la compostura, por mantener la fachada de dureza y crueldad que me había construido, no podía evitar sentir un nudo de preocupación retorciéndose en mi estómago. Ian Miller, el amigo de la infancia que había traicionado y al que había odiado durante tanto tiempo, estaba enfrentando las consecuencias de sus acciones, y yo no podía evitar sentirme atrapado en su destino.

Me odiaba a mí mismo por preocuparme por la situación de Ian, por permitir que mi mente se viera inundada por pensamientos de culpabilidad y duda. Después de todo lo que había hecho para separarme de él, para aislarlo y hacerle pagar por sus errores, ¿Cómo podía permitirme sentir compasión por él ahora?

Flashback

El rugido del motor del auto resonaba en mis oídos mientras mi padre y yo viajábamos por las oscuras calles de la ciudad. La tensión en el aire era palpable, pesada como una losa sobre mis hombros, mientras me preparaba para enfrentar la ira de mi padre una vez más.

—Xander, ¿tienes idea de cuántas apuestas se han realizado este fin de semana en el club? —gruñó mi padre, su voz llena de desdén y disgusto.