Capitulo.43

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Szivem

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Szivem.

Valtor.

Nunca había percibido tanta paz como ahora que no me siento obligado a despertar aunque hay algo que pica en mi nariz y me molesta, no deja de pasearse por mis fosas nasales recreando esas ganas de estornudar que se gestan en mi garganta.

Los jadeos también llegan a mis oídos y la saliva pesada que recaen en mis mejillas es otro incentivo a tener que abrir los ojos, siento el cuerpo entumecido, los ojos me arden y veo doble por un largo momento.

Espero que la visión se me agudice antes de sentarme sobre la cama en donde no debo moverme mucho porque el suero que han colocado a mi lado se tambalea cada que jaloneo mi brazo.

Siento una presión extraña en el pecho y la piel de la espalda me tira apenas logro ponerme una posición mas cómoda, la cosa peluda y babosa a mi lado es Killer el que no deja de llorarme pidiendo que me levante.

—¿No tienes a alguien mas para molestar?.—Coloco la almohada frente suyo simulando que es un mural.

Mis ánimos de jugar se acaban de disminuir.

Estoy sumergido en pensamientos pesados que no me permiten saber que día es o que horas son pero noto que es de día ya que el sol esta entrando por la ventana, las retinas me vuelven a arder con esa intensidad que me es imposible volver a abrirlas.

«Carajo.»

Sigo escuchando los lloriqueos de Killer a mi lado y no se porque esta molestándome tan temprano, la almohada que puse como muro acaba sobre mis piernas y el se arrastra pidiendo que le acaricie el lomo.

El hedor a perfume dulce que emana me recrea un choque de emociones que me hace salir de la cama, mis pies aterrizan pero estoy inestable, siento que me iré de bruces al suelo en cualquier momento.

Me tambaleo.. arranco las agujas derramando unas gotas de sangre sobre mis pies y camino fuera apresurando el paso ya que recordé que tengo algo aquí que me espera y que estaba llorando antes de desmayarme.

¿En donde estas? Apresuro los pasos por el pasillo que extrañamente no es frio como suele ser porque ahora una brisa cálida envuelve la casa que luce en silencio hasta que Miss Anna me ve bajar las escaleras con medio brazo ensangrentado.

—¡Señor!—Grita soltando la charola.—¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?.

—Szívem.

Murmuro sintiendo ese golpe de realidad en donde el suelo se mueve bajo mis pies y la cabeza me da vueltas, pierdo el foco, siento que me voy al piso pero me mantengo firme sosteniéndome del sofá.

—Tiene que descansar—Parlotea.—le diré a la señorita que vaya a verlo si usted vuelve a su cama.

—¿En donde esta? ¡¿Porque no esta aquí?!.—Me siento desesperado.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora